21

9.4K 664 105
                                    

—El sábado. —Dijo mirándome a los ojos.

—No lo sé. —Dije pensativa.

Tenía planes para ese día.

Él comenzó a negar con la cabeza.

—Ya no se que hacer con vos. No me banco más tus comportamientos, no te entiendo.. —Dijo exasperado.

—No estoy esperando que lo entiendas, solo que me respetes. Necesito tiempo para mi, lo siento. —Dije pasando un mechón de cabello detrás de mi oído y mirándolo frustrada.

—¿Que fue lo que te pasó en esa casa? la gente se la pasa murmurando de ti, mantienes haciendo cosas extrañas y tu comportamiento es igual. —Dijo arrugando el ceño.

Por un momento quise decirle todo lo que había pasado. Yo sabía que me empezaba a portar demasiado extraño y sinceramente no quería lucir como una loca.

—Es que.. —Tomé aire temerosa.

Me quedé en silencio cuando vi a Mateo aparecer detrás de Santino, con sus característicos ojos blancos, levantando una ceja.

Sentí una terrible rabia parecer dentro de mi pero solo me quedé en silencio.

—Tengo que irme. —Dije viendo como una sonrisa aparecía en el rostro de Mateo.

—¿Adónde? —Cuestionó tomando mi mano.

—¡Solo me tengo que ir! —Dije aún molesta y me solté de su agarre.

Santino atrapó mi mano y me miró enojado.

—Vamos a arreglar las cosas o vamos a terminar de una vez. —Dijo mirándome.

La verdad era lo que menos me importaba ahora, pero por culpa de Mateo, me molestó.

—Entonces terminemos, porque nunca me vas a entender. —Dije alzando los hombros.

Él me miró defraudado y soltó mi mano para luego, sin decir nada, subir a su auto y dejarme ahí parada.

Miré a mi alrededor, donde todos miraban, incluidos mis amigos en un rincón.

Había acabado de terminar con mi novio por un estúpido demonio.

Cuando vi las intenciones de mis amigos de venir hacia mi, me di la vuelta y comencé a caminar dándoles la espalda, hasta alejarme de allí.

—¿Contento? —Pregunté viendo a Mateo a mi lado.

—Más de lo que vos creés. —Dijo mirándome.

—Que bien, disfruta de ver como mi vida se arruina poco a poco. —Dije sintiendo mis lágrimas amenazar con salir.

—Era mejor que terminaran, él te estaba engañando. —Dijo volviendo sus ojos normales.

Yo detuve mis pasos cuando estuve en un lugar bastante solo.

—Deja de fingir que eres mi amigo, no eres mi amigo, no me ayudas en nada, querés que me vuelva loca y que todo el mundo me mire de esa forma, ¡y por tu culpa mi mamá está encerrada en un cuarto con miedo de.. de existir! —Bravé

—A ver. —Dijo pasando su mano por su mentón haciéndose el pensativo. —No finjo ser tu amigo, tu finges ser mi amiga solo porque me tenés miedo, no quiero que te volvás loca pero, que te miren así es solo un efecto colateral de hablar con un demonio y por último, acepto la culpa por lo de tu mamá. Ella me conoce más que tú. —Confesó.

Me quedé en silencio, solo oyendo mi respiración y bueno, claramente la suya no se oía.

—Tu mamá sabe lo que le conviene, si abre un poco la boca, puede que se le descuelgue. —Dijo provocando que lo mire con horror.

—¿Y se supone que somos amigos? —Dije un tanto indignada. —Me estás amenazando con mi mamá.

—No, yo tengo todo bajo control y si por mi fuera, ya la habría matado, pero no lo hago porque.. eres mi amiga. —Dijo lo último con socarronería. —Pero, fácilmente podría haberla mandado con Larry, ¿qué deseas? —Dijo con una sonrisa, provocando que lo mire mal. —¿Qué? No es mi culpa que no te gusten mis ideas.

Sonreí ladeado.

—A vos tampoco te van a gustar las mías. —Dije siguiendo mi camino.










¿Les gusta la nueva portada?

Hell [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora