09

10.7K 734 93
                                    

Movía los dedos inquieta, repetidamente sobre la mesa blanca frente a mi.

—¿Quieres que tu mamá venga por ti? —Preguntó con un tono dulce.

—No, está loca. —Dije mirando mis uñas pintadas de color azul, evitando a toda costa levantar mi mirada.

—Eh... veo prudente hablar con ella, ¿podrías darme su número?

—Puedo dárselo, pero no va a responder. —Aseguré.

—Amelia. —Llamó.

Levanté la mirada temerosa y miré a la doctora sentada ahí y al policía parado, apoyado en la puerta.

—Lamento que hayas tenido que ver eso. —Dijo la doctora mirándome a los ojos.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos.Ella no sabía que sentía una inmensa culpa, como si su muerte hubiese sido mi culpa.

—¿Querés que hablemos un poco? —Preguntó ella.

No era que quisiera hablar con ella, no tenía mucho que decir. Pero, también tenía miedo de volver a casa. Aún me espantaba pensar en lo que había sentido en el baño. Fue horrible.

—¿Puede dejarnos un momento a solas? —Preguntó la psicóloga.

El policía asintió y salió del lugar. Hace unos minutos había hablado con él sobre lo que había acontecido cuando descubrí el cadáver. Cosas como, si era cercana a ella, por qué iba hoy a su casa, o si la puerta estaba abierta. Le dije que le iba a preguntar sobre Larry, solo que no por qué. Omití todo lo que tuviera que ver con Mateo.

—Amelia. —Volvió a hablar la doctora. —¿Por qué gritabas en el baño?

Junté mis dedos en la mesa y comencé a jugar con mis pulgares.

—Es importante que hablemos, te vas a sentir mejor y aquí nadie ta va a juzgar por nada.. —Dijo ella y asentí con la cabeza mientras sentía las lágrimas bajar y tocar mis labios en el recorrido, logrando que quede un sabor salado.

—Solo aluciné un poco. —Reí ligeramente y acomodé mi cabello nerviosa.

—¿Qué "alucinaste"? —Preguntó.

Miré al techo dándome cuenta que no habían cámaras, tampoco una ventana. Estábamos solas en el cuarto de psicología.

—Estaba en el baño. —Musité. —Sentí algo espeso en mi cuello. —Dije tragando saliva, tratando de sonar normal.

—¿Algo que te rodeaba el cuello? —Preguntó la doctora.

Asentí apretando mis lágrimas y cerrando mis ojos nerviosa, pensando en lo que había pasado.

Sentí un escalofrío en mi cuerpo y miré atenta cuando la doctora también se removió.

—¿Sintió eso? —Pregunté mirándola, tratando de no sonar como una loca.

—Eh... ¿qué? —Preguntó ella sonriendo.

—Ese escalofrío. —Dije.

—Es el frío, hace mucho frío aquí por el aire acondicionado. —Dijo y negué con la cabeza.

—El ambiente se siente más pesado. —Aseguré.

Ambas miramos el vaso de agua a su lado cuando el agua dentro de éste se removió.

La doctora soltó un jadeo y me espanté al ver como todas las venas de su cuerpo se volvían notorias. Abrí mucho la boca, nerviosa de que fuera una alucinación o de lo que pudiera estar pasando.

Un ruido se hizo presenta en la habitación, provocando que levante mi mirada. La doctora tenía la cabeza contra la mesa.

Puso sus dos manos en la mesa y despegó su cabeza de ésta, dejándome ver sus ojos rojos que me hicieron temblar. Una sonrisa se asomó en su rostro y luego vi como se volvían de nuevo avellana.

—Entonces, ¿qué estábamos hablando? —Preguntó divertida.

No puede ser.







Maratón 1/5

¿Qué les parece la portada? 

Hell [✓]Where stories live. Discover now