Capítulo 17

714K 44.7K 30.5K
                                    



No quiero dejar de besarlo. Sus labios son urgentes contra los míos, y no puedo parar de entregarle todo eso que exige con cada caricia.

No sé en qué momento llegamos al suelo, pero estoy sentada a horcajadas sobre sus piernas. Sus brazos están aferrados a mi cintura, mientras que mis manos se encuentran enterradas entre la maraña salvaje de su cabello.

A pesar de mi postura dominante, es él quien tiene el control de la situación.

Mi corazón no ha dejado de latir con fuerza y la opresión dentro de mi pecho se ha esfumado casi por completo.

Por más retorcido y enfermo que sea, no puedo dejar de sentirme segura entre sus brazos. La sensación tranquilizadora que provocan sus extremidades a mi alrededor, es abrumadora y maravillosa. Ambas cosas al mismo tiempo...

El beso se rompe, de pronto, pero no me atrevo a abrir los ojos. Nuestra respiración es entrecortada, nuestras frentes están unidas y nuestros alientos se mezclan mientras luchamos por recuperar la compostura.

—Nunca sería capaz de hacerte daño, Maya —su voz suena tan ronca, que por un momento no logro reconocerla. Suena como si estuviese siendo torturado por la idea de mí, teniendo miedo de él.

Me obligo a mirarlo para encontrarme de lleno con una expresión cargada de preocupación y angustia. Aparto los mechones de cabello lejos de su rostro y presiono mis labios contra los suyos en un beso suave y casto.

Él parece relajarse un poco, así que me retiro un poco para poder mirarlo a los ojos. Él ahueca mi cara entre sus manos y traza caricias suaves con sus pulgares. El tacto hace que una oleada de calor se apodere de todo mi cuerpo.

No hablamos. No pronunciamos palabra alguna, y tampoco nos movemos de donde estamos. Él roza cada parte de mi rostro con las yemas de sus dedos, mientras yo me aferro a sus hombros con todas mis fuerzas. Mi mente está completamente en blanco. No quiero pensar en todo lo que dijo. Necesito olvidarme de todo eso durante unos instantes o voy a volverme loca.

Una parte de mí, aún siente miedo de él. Miedo de lo que es capaz de hacer y de toda la oscuridad que tiene dentro...

Cuando lo miro a los ojos una vez más, no puedo evitar pensar que hay una lucha constante en su interior: la luz contra la oscuridad. Cuando lo conocí parecía que la oscuridad lo dominaba; sin embargo, he podido notar cómo la luz se ha hecho fuerte con el paso de las semanas.

No sé qué es lo que siento por él. No sé cómo me siento respecto a su pasado o su presente. Mucho menos sé si estoy lista para averiguar algo más acerca de Harry Stevens. Lo único que sé en este momento, es que no puedo alejarme. No quiero hacerlo...


Sus labios se acercan a mi rostro y se presionan con suavidad en la comisura de mi boca. Mis ojos se cierran en el momento en el que la caricia toca mi piel y me permito absorberla lo más que puedo.

—Eres tan hermosa —murmura, y el aleteo dentro de mi pecho hace que todo mi cuerpo se altere. Se aparta para mirarme a los ojos y susurra, más para sí mismo que para mí—: No sé qué demonios has hecho conmigo, Maya.

El silencio se apodera de nosotros mientras inspecciona mi rostro con la mirada. Me siento tímida y torpe, pero no me atrevo a hacer o decir nada.

—¿Sientes algo por mí, Harry? —digo, al cabo de un largo rato. Mi voz suena ronca y áspera, pero él no parece notarlo.

El aturdimiento es tanto, que no soy capaz de sentir nerviosismo o arrepentimiento por mi pregunta. Realmente necesito saber si siente algo cuando me mira.

BESTIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora