La batalla con los Kathaws

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Ruby no se esperaba que Xaoc tuviera dos lenguas con púas y que estuviera dispuesto a usarlas. Eso, de verdad, no se lo esperaba.

Todo había empezado bien. Por un microsegundo, Ruby creyó que los vencerían en un santiamén; escuchaba las explosiones contra los Kathaws, los gritos de guerra de los campistas, las flechas de oro y bronce clavándose en sus monstruosos cuerpos. Pero luego, Xaoc abrió su enorme boca (la de una de las cabezas de Hidra, porque tiene muchas) y dejó salir de su cavidad bucal dos larguísimas lenguas recubiertas de púas filosas.

Ruby estaba en shock. Eso no lo había visto cuando era niña...lo cual agradecía, porque probablemente nunca hubiera vuelto a dormir tranquila.

Y lo que menos esperaba era que Xaoc, lo primero que hiciera, fuera apuntarla con sus dos larguísimas lenguas.

Debería haber pensado en algún ataque sorpresa. Pero ya no había tiempo.

Ella también arremetió contra él.

Al tiempo que una de las lenguas le atravesaba el hombro (auch) ella le cortaba la otra lengua a Xaoc (ke asco). Ruby, cuando vio la misma retorcerse como si tuviera vida en el piso, quiso vomitar del asco.

Pero, no tenía nada en el estómago. Además, no le daba tiempo.

Siguió con la batalla.

Siguió dándole estocadas a Xaoc, que luchaba contra ella contraatacando con sus patas metálicas y afiladas; el plan de Ruby (o el que se había logrado inventar en los últimos minutos) era cortarle todas las patas a Xaoc, lo cual era difícil, ya que tenía defensas por todas partes (literalmente) y el Kathaw líder tenía alrededor de seis piernas. Luego, pretendía cortarle las dos colas, ya que no quería ni un aguijón más clavado en su estómago ni que Pitón la matara mordiéndola. Y, después, cortarle sus cabezotas y matarlo clavándole la espada en el lomo, si podía atravesar la piel de León de Nemea.

Y, después, recuperaría sus poderes. Gracias, la gerencia.

Pero, al ver cómo peleaba Xaoc, tuvo que inventarse algo más. Si lograba emplear esa idea, terminaría muerta antes de poder mutilarle cualquier cosa al monstruo.

Mientras luchaba desesperadamente en que se le ocurriera algo, decidió echar un vistazo a sus amigos. Veía a varios hijos de Ares luchando contra los Kathaws más feroces; los hijos de Apolo contraatacaban lanzando sus poderosas flechas de doble filo. Y otro pequeño grupo de los del dios de la medicina y la música habían montado una pequeña tienda médica, para los que resultaban heridos por las terribles criaturas del Caos. El resto del Campamento luchaba con fiereza. Las hijas de Afrodita engatusaban a los Kathaws con su embrujahabla para que ellos mismos se clavaran sus garras. Malcolm Pace gritaba por un megáfono consejos de guerra, mientras que sus hermanos lo ayudaban, planeaban estrategias en medio de la batalla y otros defendían la tienda médica. Los de Deméter hacían crecer alrededor de las patas de los Kathaws plantas o hacían aparecer plantas carnívoras, que les daban buenas mordidas a los monstruos.

Y Ruby vio a sus amigos más allá. Vio a Nico di Angelo, encerrando a un Kathaw en una jaula de huesos, mientras que otros esqueletos atacaban también. Vio a Hazel Levesque, luchando con su spatha con una horrible combinación de Drakon y Minotauro. A Frank Zhang, dirigiendo a los hijos de Apolo y disparando flechas explosivas. A Jason Grace, lanzándole ocasionales rayos y ráfagas de viento a los Kathaws. A Piper McClean, ayudando a su amiga Annabeth Chase, peleando ambas con sus dagas, aunque Annabeth también tenía una espada hecha de hueso de Drakon. A Leo Valdez, chamuscando monstruos y luciéndose ante todos. Vio a su preciosísimo novio, Rick Silver, dirigiendo a los hijos de Ares y peleando con dos Kathaws a la vez.

Y vio a su hermano Percy, luchando ferozmente con un Kathaw y un pequeño torbellino de agua y vapor flotando a su alrededor, girando torno a él.

Ruby sonrió al verlo. Es cierto, había estado enojada con él, quién no, ella era la mayor y Percy la había despreciado. Pero, luego de volver al Caos después de un chorro de años y darte cuenta lo que vale tu vida, pues se te olvidan muchos resentimientos y las peleas se convierten en pequeñeces sin importancia.

Y ella amaba a su hermano. Lo amaba desde que lo vio por primera vez. Y ahora, tenía el placer de poder compartir con él.

Se sentía afortunada por tenerlo.

Pero, cuando una de las patas afiladas de Xaoc le abrió una herida en la pierna, volvió al presente y dejó de lado sus recuerdos. Tenía que concentrarse en la batalla si quería seguir viva.

Y entonces, mientras atacaba a Xaoc con las fuerzas que tenía, se le ocurrió la solución. Si lograba romper la esfera, recuperaría sus poderes y recuperaría fuerzas; ella lo sabía, y romper una esfera era mucho más fácil que matar a Xaoc.

Se dispuso a hacerlo. Se lanzó a ello. O más bien, a la cabeza central de Hidra de Xaoc.

Realmente, fue mucho más fácil de lo que se había figurado. Simplemente se lanzó al cuello de la Hidra, lo rebanó (lo cual le revolvió el estómago) y la cabeza cayó a su lado. Del cuello sangrante se resbaló el collar con la esfera hasta las manos de Ruby.

Ella hizo ademán de soltarlo, ya que le producía una repulsión impresionante tocar la sangre de una Hidra, que era prácticamente como el ácido, pero se contuvo. Está bien, de acuerdo, había cortado la cabeza y nacerían dos más, y dos pares de lenguas largas y puntiagudas, pero...ella tendría sus poderes.

Mientras que las otras cabezas de Xaoc estaban distraídas y en el muñón de la cabeza decapitada se iban formando las otras dos cabezas nuevas, Ruby tiró la esfera al piso, miró con determinación al monstruo frente a ella y, con todas sus fuerzas (y utilizando su pie bueno) pisó la esfera y la partió en mil pedacitos.

El tintineo de cristal roto logró silenciar a todo el Campamento. Todos se quedaron viendo la escena...al igual que Xaoc, al cual ya le habían nacido las otras dos cabezas.

Pero Ruby no les prestó atención. Ella, en cambio, se encontraba atrapada en un remolino de destellos y brillos de muchísimos colores; era como un polvo, y creía oír venir de todos ellos las diferentes voces de los dioses, aconsejándola.

Y, poco a poco, el polvo multicolor se empezó a introducir en su cuerpo, entrando por cada poro de su piel. Ruby, por su parte, cerró los ojos, abrumada por la sensación agradable de recuperar sus poderes.

Cuando sintió que ya no se arremolinaba nada alrededor de ella, abrió los ojos, con su iris verde mar más brillante que nunca y su resplandor pícaro. Se sentía aún más poderosa que nunca, más fuerte que en todos sus años.

Y estaba lista para matar a un montón de Kathaws.

Río con fuerza, con su voz impregnada en picardía, y se volteó hacia Percy, que la miraba impactado desde más allá.

-Ahora, Percy...prepárate para ver a tu hermanita usando sus poderes contra la escoria más grande de este mundo. –y se volvió hacia Xaoc, que también se había quedado en shock, pero que ahora la miraba con un brillo diabólico en todos sus ojos.

Pero Ruby estaba lista para contraatacar.

Armó dos pequeños torbellinos de agua alrededor de sus manos, le dirigió una mirada picarona a Xaoc, y arremetió contra el Kathaw.

La Joya del Mar (Percy Jackson Fanfic) Book 1. The Children of PoseidonWhere stories live. Discover now