Capitulo 44

1.9K 215 28
                                    


Caminaban emocionados, observando que esta vez habían más puestos, y personas a su alrededor, al ver la decoración de pronto recordaron que era el aniversario de la muerte de la reina, se miraron con una expresión triste y melancólica, ninguno entendía como las personas podían celebrar una muerte de esa forma, si bien era cierto que después de escuchar muchas historias sabían que había cometido muchos actos crueles, también sabían que había ayudado en otras cosas importantes.

– solo ignóralo – dijo yuuto tomando su mano apretándola ligeramente – íbamos a comer algo rico ¿está bien?

– está bien – respondió esbozando una pequeña sonrisa, era algo lamentable, pero debían vivir mirando al frente y esta era una oportunidad rara de darse un lujo

Siguieron caminando cuando el japonés vio unos pequeños pastelillos rellenos, tenían un tiempo sin comer dulces, Yuuri anoto mentalmente pasar a comprar algunos antes de regresar a casa, al final después de un largo debate, terminando por escoger carne, comerla era un lujo, pero les daría energía y mas ánimo para seguir trabajando.

– creo que comí mucho – dijo Yuuri cuando salieron del pequeño puesto de comida

– comiste lo de dos personas, pensé que compraríamos dulces al regresar–

– ¿Quién menciono dulces? – dijo avergonzado al verse descubierto

– solo que los miraste demasiado, era imposible no notarlo – respondió con una dulce sonrisa

Ambos se sonrieron para seguir caminando, cuando una mano se poso en el hombro de Yuuri haciéndolo voltear, notando a un anciano

– disculpe jovencito ¿podría ayudarme a encontrar una calle? – pregunto el hombre

Yuuri lo miro fijamente un momento para después sonreír asintiendo y después volteando, dirigiéndose a yuuto

– ayudare al anciano –le dijo a yuuto, desatándose una especie de rebozo que usaba para cargar a su pequeño que estaba bien dormido, acomodándolo en los brazos del otro pelinegro, Yuuri beso la frente de su pequeño y después le dio un beso en la mejilla al joven alfa– vayan a casa no tardo ¿puedes hacer la comida? Tengo hambre, y recoge la ropa, el viento podría llevársela –dijo mirándolo fijamente

– yo ayudare al hombre – dijo en voz baja, notando que el omega negaba, y volvía a sonreír repitiendo que no olvidara la ropa

Yuuri miro como el pelinegro se alejaba con su pequeño, sintió un nudo en la garganta, pero se quedo mirando hasta estar seguro de que no había nadie siguiéndolos, no era tonto, supo quien era el hombre en cuanto lo había mirado bien, lo recordaba al ver todos aquellos cuadros en el castillo, y aun con esas ropas no perdía el porte real.

– ¿Qué calle está buscando? – pregunto Yuuri, escuchando el nombre de una calle, la conocía bien, estaba muy cerca de la puerta de entrada al pueblo – lo guiare

Caminaban despacio, escuchando de vez en cuando algunos comentarios del anciano que decía lo hermoso y tranquilo que parecía el pueblo, haciendo algunas preguntas sobre si a su pareja no le molestaba que lo estuviera ayudando, o si la vida no era difícil.

– él es muy bueno, y me ayuda bastante – dijo Yuuri respondiendo a su pregunta

– ¿y no han pensado en ir mas cerca de la ciudad? Ahora hay mas oportunidades de trabajo y es menos cansado

– aquí somos felices – dijo serio – no nos molesta trabajar, tenemos una vida tranquila y no nos falta nada

Estaban a casi nada de llegar a la entrada, al puesto de control de entradas y salidas, había analizado durante el recorrido cuantas personas los seguían, notando tres hasta el momento, de algo había servido toda la paranoia que había desarrollado, para notar miradas sobre ellos, aunque en ese momento odiaba lo descuidado que había sido, se había confiado después de tener paz por tanto tiempo.

ERES UN INTRUSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora