Capitulo 3

3K 315 21
                                    


El día había sido demasiado agotador pensó Yuuri, por lo menos se alegraba de haber obtenido la aprobación para el baile, ya solo faltaba repasar algunas cosas que tenía que aprender de las tradiciones del reino contrario, aun se sentía nervioso por el ritual que celebraban para sellar su matrimonio.

-Yuuri! -grito un moreno corriendo a sus brazos logrando de ambos cayeran al piso

-Phichit!!! Estas aquí

-chicos por favor levántense antes de que alguien los vea-pidió Yuko volteando a ver si nadie los había visto

-vamos Yuko no seas amargada-dijo Phichit emocionado-no los había visto en mucho tiempo es obvio que estoy feliz

-sé que estas feliz, pero alguien en tu estado no debería de correr y menos aventarse sobre las personas

-condición? ¿Te encuentras mal Phichit? Llamare al médico-dijo Yuuri preocupado

-no te preocupes no me pasa nada malo, solo estoy en estado

-uff, menos mal solo estas en esta—QUE!?-grito Yuuri- o por dios felicidades

Ambos duraron un rato abrazándose y brincando hasta que fueron regañados por el escándalo, decidiendo que mejor irían a la habitación del pelinegro a seguir platicando

-no entiendo, como es que te dieron permiso de venir si estas en estado

-bueno, digamos que Seung aun no lo sabe

-nos meterás en problemas, Phichit

-no pasara nada, solo diré que no lo sabia

-pero acaso no se ha dado cuenta tu esposo?

-últimamente está ocupado, así que difícilmente nos hemos visto, por eso me dio permiso de venir, además de que hice un super drama y no le quedo de otra-dijo Phichit orgulloso

-no cambias, pero me alegra verte, no sé qué tan fácil sea una vez me allá casado

-escuche que tu prometido es alguien frio como el hielo, además de que dicen que se volvió así desde que su esposa falleció, estas seguro que está bien casarse con alguien así?

-es mi destinado y además el acepto el matrimonio así que confió en que me aceptara

-bueno es hora de cumplir mi deber-dijo Phichit mostrándose serio

-deber?

-así es, soy el asignado a instruirte sobre la primera noche

-waaaa, no, no, no-dijo Yuuri rojo de la vergüenza-no es necesario en serio

-claro que sí, me lo encargo tu madre pensando en que sería menos vergonzoso escucharlo de mi boca

-es aún más vergonzoso

-descuida te diré todo lo que necesitas saber, para empezar, necesitare esto-dijo de repente sacando una bolsa de tela que tenía oculta, de donde saco un plátano y un panecillo

-por dios no, te lo juro ya sé de qué se trata

-okey empiezo, esto de aquí-dijo levantando el plátano-es tu esposo y el pan eres tú, lo que pasara es esto-dijo insertando el plátano con un poco de esfuerzo, jugando con ambos continuo su explicación- claro que antes tal vez haya besos y toques, dependerá de tu esposo, pero como ya estuvo casado una vez seguro sabe perfecto que hacer

- deja de zangolotear eso- dijo sin poder quitar la vista del perforado que Phichit movía graciosamente al parecer para molestarlo-te lo suplico, no necesito esta clase, ya me lo explicaron todo!

-qué? -dijo con un ademan exagerado de indignación

-me lo dijo mari hace varios años

-me ha arruinado la diversión, pero no sabía que ya sabias pillín

-es solo que en esa época pensó que seguro me casarían antes y quiso que estuviera preparado

-oh, ya veo, lastima entonces tendremos que comernos todo lo que traje

-no me pienso comer nada de esa bolsa dudosa-dijo riendo

Se la pasaron el resto de la tarde y noche hablando, y riendo, Phichit le dijo que esa sería como una despedida de soltero, ya que el omega japones no pudo tenerla, y aunque pronto era demasiado noche ambos omegas quisieron prolongar lo más que pudieran ese momento pues dudaban que una vez regresando a la vida marital se repitiera.

Y como era de esperarse a la mañana siguiente no querían levantarse, pero por ser una ocasión especial los dejaron dormir lo que quisieran, eso hasta que sintieron demasiada hambre como para seguir acostados.

-ugh, esto me está dando nauseas-dijo Phichit oliendo la sopa, y sin poder evitarlo se fue corriendo a devolver el estomago

- ¿estás bien cariño? - Pregunto Hiroko siguiéndolo

-perdón, solo son nauseas matutinas, podrían darme mejor algo de fruta

-nauseas matutinas? ¿Por dios estas en estado? Como se te ocurre venir así, hay que avisar a tu esposo de inmediato

-aaaa, espere, espere, por favor, solo son dos días que estaré aquí, por favor, quiero estar con Yuuri-le rogo Phichit a la madre del japones, poniendo la cara más triste que podía y dejando caer unas pequeñas lagrimas-por favor, solo dos días, es mi único amigo, allá todos me odian, solo quiero tener fuerzas para continuar

-no se de estas hablando Phichit en la tierra de tu esposo todos te aman, pero buen intento-dijo reaccionando la mujer-está bien

-Gracias, gracias-dijo abrazando a la mujer

-pero-interrumpió Hiroko- permanecerás con guardia personal y vigilado veinticuatro horas, si te llegas a sentir mal, aunque sea un poco avisaras de inmediato para atenderte rápidamente, de acuerdo, lo prometes?

-lo prometo

-y una condición más, le avisaremos a tu esposo que te entregaremos personalmente

-está bien-dijo resignado

Ese día fue un día libre, a Yuuri se le permitió comer su platillo favorito y pasar la mayor parte del día jugando, después de todo se acababa su época de libertad, pronto tendría que asumir un papel de madre y esposa. Disfruto al máximo ese día en compañía de su familia y aunque temprano se le mando a dormir pues al día siguiente por fin seria la boda y debía levantarse muy temprano.


ERES UN INTRUSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora