Capitulo 18

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Desde el último intento de Víctor por reconciliarse con Yuuri, los dos y Ana se habían reunido más veces, comiendo juntos, y cuando el tiempo lo permitía fuera por las preparaciones de las festividades, salían a caminar juntos al jardín, o permanecían solo en la misma sala mientras Yuuri conversaba o le leía a Ana, era en esos momentos que Víctor se había acostumbrado a solo ser un espectador viendo como Yuuri se dirigía cariñosamente a Ana, si tan solo las cosas fueran diferentes hasta la gente podría pensar que eran una familia normal.

Este era otro día que el tiempo estaba a su favor, Yuuri corría en el jardín jugando con Ana, a lo lejos Víctor solo los observaba queriendo también participar, aunque no lo pareciera era el tipo de padre que gustaba de jugar y convivir con su hija.

Escucho que Ana reía alegremente, no recordaba cuando había sido la última vez que la había visto tan feliz, quería ser parte de esa felicidad pero sentía que si se acercaba arruinaría el momento, no podía olvidar la charla anterior con Yuuri, y había intentado averiguar cualquier cosa del omega, preguntándole incluso a los sirvientes, solo sus omegas de compañía le habían dicho que en realidad al japones le gustaba principalmente la comida, pero no creía que mas detalles de ese tipo le ayudarían en algo.

Se sentía ridículo estando ahí, trataba de convencerse que solo permanecía cerca por que Yuuri dijo que no lo hiciera parecer el malo de la relación, decidió que era suficiente, se levantó alejándose, no tenía caso quedarse si no era parte de ese momento, prefería que se divirtieran ya después volvería a acompañarlos.

Cuando Víctor se alejó, Ana paro su juego, mirando la espalda de su padre al marcharse.

–Yuuri, ¿no puedes quedarte con nosotros? –pregunto triste

–a que te refieres Ana- dijo con nerviosismo, ¿acaso Víctor le había dicho que planeaba irse?

–papi me dijo que Yuuri se iba por qué papi arruino todo

–escucha Ana, no puedo prometerte nada, ¿de acuerdo? Pero hablare con Víctor y aun si me voy, vendré a verte seguido, ¿Qué te parece?

– ¿en serio vendrías? – respondió feliz- si quiero, papi seguro te dejara

– bueno, es hora de tus siguientes clases, ve con la niñera– dijo llamando a una sirvienta para que guiara a Ana.

En cuanto vio a Ana desaparecer de su visión, la sonrisa con la que le hablaba desapareció, no esperaba que Víctor le dijera a la pequeña, ya se esperaba que la reina madre hubiera informado de todo al rey, pero sentía que usaba a su hija como una forma de tratar de chantajearlo, ¿Quién usaba a quien ahora? Tanto le había reclamado que su hija no podía ser amable con él como el incidente del desayuno, pero él si podía usar a la pequeña de mensajera.

Lo que no llegaba a entender del todo era, ¿Por qué no había hecho nada? Seguía temiendo que lo obligara a quedarse, pero hasta el momento solo había intentado acercarse con regalos, ya no tenía caso seguir fingiendo, hablaría directamente con él para saber sus verdaderas intenciones, se le había acabado el omega dócil que había prometido ser, había ganado más confianza desde que sabía que tenía el apoyo de la reina madre, así que si lo quería obligar a quedarse sabía que podía contar con la ayuda de mas personas.

Entro al castillo perdido en sus pensamientos, repasaba las palabras que diría, como empezaría y las posibles respuestas, tenia que controlarse, aunque había ganado confianza eso no evitaba que sintiera un poco de temor, aun recordaba los castigos y en ese poco tiempo había aprendido que el carácter de los alfas podía ser demasiado explosivo, si tan solo sus padres le hubieran advertido que no todos los alfas eran tan buenos, nunca les había temido hasta que conoció a Víctor.

ERES UN INTRUSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora