"Existe una leyenda que si tienes una cicatriz en el dedo índice de la mano izquierda significa que una persona que te amaba en la vida anterior no puede olvidarte, es por eso que en esta vida te estará buscando... porque el verdadero amor sobrepasa...
Miraba atento al joven pelinegro que ya se encontraba recostado en su cama, su rostro con golpes sobretodo en el ojo izquierdo y en la mejilla en la cual se hacia presente un pequeño corte.
-Puedes traer un poco de agua tibia... por favor-pidió Hoseok mientras sacaba los zapatos al pelinegro para que se sintiera más cómodo.
-Enseguida lo traigo.
Camino a toda prisa hacia la cocina y puso a calentar un poco de agua, cuando estaba a temperatura adecuada lleno un recipiente con el líquido y lo llevo a su habitación, además llevaba consigo unas pequeñas toallas limpias.
Entró y lo primero que vió fue a Suga con el torso descubierto, lo cual llegó a sonrojarlo un poco por verlo de esa manera.
-Gracias-sonrió el pelirrojo al mismo tiempo que tomaba aquel recipiente-¿me puedes ayudar?-preguntó a lo cual el contrario asintió timidamente-toma-le entregó un paño húmedo-limpia la sangre por favor, yo me encargaré de desinfectar sus heridas.
-Esta bien.
Obedeció y empezo a pasar aquel pequeño paño por la piel pálida del pelinegro, lo hacia delicadamente para no despertarlo o lastimarlo más de lo que ya estaba. De un momento a otro como si estuvieran ellos dos solos en aquella habitación, el pelicastaño no pudó evitar querer comprobar la suavidad que aparentaba aquella piel, con cuidado paso las yemas de sus dedos sobre el torso de Suga descubriendo que era lo que imaginaba... una piel demasiada suave.
Estaba concentrado en su mundo tocando aquella piel desde el abdomen hasta el pecho del pálido, por alguna extraña razón le encantaba sentir el cuerpo del contrario.
-¿Te gusta cierto?-preguntó Hoseok haciendolo sobresaltar y que alejara como un rayo su mano del contrario-a él también le gustas-le dedico una sonrisa de complicidad-por eso me obligó a que consiguiera tú número.
-¡¡¡NO ME GUSTA!!!-gritó totalmente sonrojado, tanto que sentia que su rostro iba a explotar por el calor-mejor me voy a la cocina a preparar algo, seguro va a tener hambre cuando despierte-salió a toda prisa del lugar.
-Tenias razón Suga, ese chico esta destinado a amarte-sonrió con ternura y volvió a su trabajo de desinfectar las heridad que tenia su amigo.
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-¿Por qué hice eso?-se recriminaba el castaño mientras cortaba un poco de verduras para luego cocinarlas-tonto... iluso... no te es suficiente con lo que te hizo Yoongi Hyung... tonto...
Seguiria insultandose si no era por el timbre anunciando que alguien venia a visitarlo. Se limpió las manos con una pequeña toalla y fue a abrir.
-¡¡¡Hola Tae!!!-saludó alegre Jimin, quien aún tenia puesto el uniforme del Instituto, al parecer después de su entrenamiento se fue directo al departamento del castaño.
