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Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son de Mashashi Kishimoto. Y el fic mucho menos me pertenece, todo es obra de crazygurl12, yo solamente lo traduzco para que llegue a más lectores.

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Siete meses después...
 
  
 

Hinata frunció el ceño mientras miraba el cabello rojo de Gaara. Con su estómago abultado interponiéndose en el camino de su visión, era todo lo que podía ver de su esposo que estaba en ese momento, arrodillado frente a ella y atandole los cordones de sus sandalias. En su condición, ya no puede hacer cosas triviales de su vida, por lo que Gaara tiene que hacerlo por ella.

Es muy amable al respecto.

-¿Cómo se ven? Me refiero a mis pies. - Preguntó de buena gana. Kankuro se había burlado de ella varias veces diciéndole que sus dedos parecían pequeñas remolachas. -¿Parecen una calabaza?

Gaara se puso de pie. -No.

El humor de Hinata se alivió instantáneamente. Se estaba volviendo bastante grande y una pequeña parte de su mente le dice que a Gaara ya no le agradaría. Entonces, tal vez, ella realmente no se ve tan mal. Cuando le expresó sus preocupaciones a Temari, la mujer de abanico dijo que solo eran las hormonas las que se activaban. -¿En serio?

-Sí. Se parecen más a pequeñas calabazas de arena.

La sonrisa de Hinata se borró de sus labios y puso mala cara. ¡Calabacitas de arena! Podía imaginarse cómo se veían sus pies regordetes. Era tan frustrante... y para colmo, ninguna de sus ropas le quedaba bien ahora. Algunos lo hacían, pero parecía un animal de peluche.

Gaara se sentó a su lado. -No te ves… complacido. - Se preguntaba si le ató los cordones demasiado apretados. -¿O tienes hambre otra vez? - Su esposa come con entusiasmo estos últimos meses y, a veces, él se preocupa por el bien del bebé. ¿Qué pasa si come demasiado y ahoga a su hijo con comida?

Hinata desvió la mirada. -¿P-por qué me preguntas si tengo hambre? Yo... yo no dije nada sobre comida. - Ella no sabe por qué se sintió ofendida por un asunto tan trivial, pero simplemente sucedió. Ella era como un contenedor de emociones encontradas y no puede controlarlas. -Yo... yo no dije que tuviera hambre.

Gaara asintió con complicidad. Había visto que esto sucedía antes, o para ser exactos, hacía seis semanas. Estaban listos para la cama esa vez y él la abrazó, murmurando palabras dulces. Ella había sido feliz entonces, riendo tontamente y dándole besos juguetones a cambio. Pero cuando dijo algo acerca de que ella era muy hermosa, de repente lloró.

Ella lloró, murmurando sobre ser fea y tener sobrepeso y que él solo decía esas cosas por lástima.

Entonces se sintió desconcertado y, por un breve momento de confusión, se preguntó si ella volvería a perder sus recuerdos.

 
 
La miró con incredulidad. -Me refiero a lo que dije.

-¿Pero por qué dijiste que soy hermosa? - Hinata lloriqueo.

-Porque lo eres. - Respondió él honestamente. Hinata estaba agarrando las mantas de la cama contra su barbilla ahora, cubriendo su cuerpo en una especie de pánico. Sus lágrimas caían en grandes gotas y él la miró desconcertado. -Esa es la verdad.

Pero soy tan grande!

-Si lo eres.

Hinata lloró aún más fuerte.

-¿Es esa la razón por la que estás llorando? - Preguntó, arrastrándose más cerca de ella. Cuando lo hizo, notó que ella se alejaba más de él como si él fuera el malo. Su gesto le hizo fruncir el ceño. No quiere que ella llore así. Tiene que hacer que se detenga -¿Por tu peso?

ᴄᴀsᴀᴅᴀ ᴄᴏɴ ᴇʟ ᴋᴀᴢᴇᴋᴀɢᴇ ↝ ᵍᵃᵃʰᶤᶰᵃ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora