Capitulo 33

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Nuevamente pensé en el. Simplemente mi vida, no podía ser peor.

Miré el cielo, ya estaba atardeciendo, y el cielo antes azul se estaba convirtiendo en un gris triste y melancólico.

Pareciera que el tiempo concordaba con mis emociones, y se ponía de acuerdo con ellas para pintar el cielo del color que mi alma sintiera.

En este caso, era un final lluvioso para un día que había comenzado tan perfect...

o.

Me puse a reflexionar. Quizás lo que había echo no había sido tan malo. Quizás irme con Zayn había sido una opción verdaderamente increíble.

Porque me había enseñado cosas , que nunca antes había aprendido. Me había echo ver situaciones, que nunca antes había visto. Cambió mi vida completamente de un día a otro, pero lo gracioso era, que después de mis fallecidos papás, el era la única persona que había amado en toda mi vida.

Lo que era fácil de describir. Sabía exactamente porque tenía esa atracción tan grande hacia Zayn.

Su sonrisa, siempre permanecía igual, esa linea de perlas blancas nunca se movían de su lugar, y eso hacía que toda situación me calmara.

Esos ojos, tenía la certeza de que esos ojos brillaban mas que la luna. Era imposible que exista en el mundo cosa tan brillante como lo son sus ojos.

Su risa, definitivamente su risa era el mejor sonido que había escuchado en toda mi vida. Podía ser la risa mas monótona del mundo entero, que día a día no para de sonar, y aún así seguiría siendo como si fuera la primera vez que la hubiera escuchado.

Cuando me abraza, siento que mi corazón se acelera, y luego, de un minuto a otro, siento que no esta en su sitio.

Y cuando no lo hace, siento que lentamente, voy cayendo.

Cada vez que intento evitarlo, su mirada le gana a cualquier intento de ignorarlo, sobre todo si es tan hipnotizante.

Ese aroma tan varonil que posee, es la droga de la que siempre quise ser adicta.

Sus labios, con los míos, son la unidad mas perfecta que existe en la tierra.

Se hizo de noche, las estrellas comenzaban a salir, y yo seguía en esa ventana que tantos recuerdos me traía, buscando alguna esperanza, alguna certeza dentro de mi corazón, algo que me diga que voy a estar con la persona que amo otra vez.

Miré el cielo, quizás, solamente me haría feliz saber que el estaba haciendo lo mismo.

Brillaba, como siempre, pero había algo en el que no era normal.

Gris, oscuro, como la misma vieja y arrugada fotografía de las estrellas.

Suspiré y cerré la ventana, no quería seguir con el masoquismo, sabía que solo yo podía seguir hiriéndome, si no quería pensar en el, lo mejor sería dejar de pensar.

Me dejé caer en la cama, sabía que era imposible no pensar en la persona que entre comillas, me salvó la vida.

Quizás quería demasiada felicidad, quería solo tener una vida buena, nada de dolor. Pero no puedes tener un arco iris sin un poco de lluvia.

Supongo que en mi vida había llovido demasiado, y el arco iris que tanto esperaba duró muy poco tiempo, nunca pude apreciarlo de verdad, lo necesitaba en mi ventana, de nuevo, mostrando cada uno de sus colores.

Un segundo. Si tan solo tuviera un segundo mas con el. Un segundo me bastaría para decirle que lo amo.

Hubiera sido mejor que esa bestia me hubiera dado a elegir entre el y la vida, hubiera tomado un ultimo respiro para decirle que lo amo.

Miré hacía el techo de la habitación, era como si el estuviera allí, haciéndome sentir débil, como el sabía hacerlo.

No podía. No podía estar sin el. Simplemente estaba fuera de lo que podía hacer.

Me levanté nuevamente y abrí la ventana, buscando por esa estrella brillante que todos buscan.

Mire la hora, eran las 11:09

Según mi mamá, en dos minutos sería la hora exacta para pedir un deseo. Siempre lo hacía conmigo cuando todavía tenía mi libertad, pero cuando lentamente me fui quedando en las manos de esa bestia, perdí la costumbre.

Recuerdo exactamente lo que pedía cuando niña ; un final feliz.

Mi mamá cerraba los ojos y juntaba sus dos manos, con la cabeza alzada en el cielo. Luego de que su minuto pasará, y la hora cambiará, abría los ojos nuevamente. Nunca me dijo que pedía de deseo, porque según ella, si me decía, no se le iba a cumplir. Era por eso que yo no le decía nada a ella tampoco. Era tan inevitable querer ser como ella.

- Un deseo...- murmuré al cielo cuando dirigí mi mirada a el. Cerré mis ojos y junte mis manos, con la vista alzada- si tan solo pudiera pedir un deseo.. Te tendría conmigo, Zayn- susurré y dejé caer una lagrima por mi mejilla. Lentamente.

Cerré la ventana nuevamente, dejando que mis sueños se vayan lentamente hasta la estrella, y que ella analice si ese deseo es lo mejor para mi. O lo mejor para el. Yo solamente quiero lo mejor para el, y si yo no era lo mejor para el entonces no valía la pena.

Miré hacia el viejo armario, lleno de polvo, y lo abrí. Hace tiempo que mi cabeza no se asomaba por esos lados, era como volver a la antigüedad. Por un lado era extraño.

La pequeña puerta del mueble se abrió y el polvo salió como una bala. Deje que mi garganta tosiera un poco mas y volví a dirigir mis ojos al mueble. Para ese entonces ardían.

Deje caer mi mano sobre una vieja y desafinada guitarra, otra lagrima cayó por mi mejilla, ¿era posible que todo lo que viera me recordara a el?

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Next To You - Zayn Malik y TuWhere stories live. Discover now