Orejas, cola y besos

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Cuando estaban lejos del cartel de karmaland algo en Vegetta le hizo olvidar todas las dudas que tenía, caminaban juntos, Rubén a la derecha, Willy en medio y él al lado.

Lentamente caía la noche y ya casi estaban es la puerta cuando sintió el calor en su palma, Willy lo tomaba de la mano, normalmente hubiera seguido como si nada, seguro y ocultando lo feliz que esto le hacía, pero su cuerpo lo traicionó, su cola se movía alegremente de lado a lado lo que le provocó un leve sonrojo e hizo que sus dos novios se dieran cuenta y rieran.

-pero vegettita que lindo te ves asi

-mira pero si le gusta

-¿y porque no tomas mi mano? ¿Qué acaso a mi no me quieres?

-Doblas ¿que dices cabezón?... - se quejo el pelinegro y a pesar de esto no soltó a Willy y también tomó la mano de Rubius aumentando el movimiento de su cola.

Willy y Rubius sonrieron, la cola de Rubius también se movía de alegría y quiso probar algo que sabía que sonrojaria aún más al pelinegro, un beso en el cachete, sólo para provocarlo, funcionó, sus mejillas estaban rojas y tanto como su orejas y cola se movían inquietas, sus labios se sellaron, avergonzado. Willy repitió la acción del mayor, un beso aquí, otro allá, uno más acá, Rubius lo soltó, tomó a Willy y entre los dos se comían a Vegetta a besos...

-¿que haceís? Parad que los zombies vienen... -vegetta los detuvo

-pero vegettita~

-tiene razón, Rub... Mejor subamos

Se alejaron pero volvieron a tomar las manos de Vegetta.

Su puerta estaba intacta algo que sorprendió al pelinegro, pasaron de esta, subieron al elevador y al estar frente de la gran muralla al fin se soltaron.

Abrieron la puerta y pasaron, la casa blanca estaba igual que como la dejó hace una semana con la diferencia que ahora Vegetta olía a su pareja en todo el lugar.

-¿estuviste en mi casa?

-la cuidaba

-espero que no hayas robado nada, Rubén

-pues te digo que no

-vegetta relajate que se te cae el pelo -el peliblanco necesitaba dormir, estaba agotado y no quería volver a escuchar las peleas infantiles de sus dos novios

-vale -entraron a la gran mansión y si, todo estaba en su lugar pero para Vegetta esto no le gustaba nada

Ya dentro de la casa se separaron, Willy a la cocina, Vegetta a su sala de cofres y Rubius a la sala.

Ya en la cocina, el peliblanco buscaba algo con que distraerse pues le estaba incomodando ser un híbrido, ya que al ser gato necesitaba un poquito de mimos, pero su orgullo no lo dejaba pedírselo a Rubius... Ni siquiera a Vegetta.

Rubén se acercó a la cocina solo para ver que comer, Willy estaba en el fregadero, dándole la espalda cortando algo de queso, cuando sintió unas manos en su cintura, lo que le puso los nervios de punta

-Rubius! ¿Que te pasa tío? No me asustes así

-Willy no te enojes... - tomó algo del queso que estaba cortando el menor y después de acabar de comerlo beso el cuello del albino -mmm hueles bien... -se aferro más a esa cintura pegando más su nariz a la piel del contrario

-R-Rubius... Detente -y un ronroneo salió del cuerpo de Willy... El oso levantó las orejas atento y sus ojos fueron directo a la cara del felino encontrándose con unas mejillas más rosadas de lo usual y unas orejitas peludas agachadas

Un accidente animalWhere stories live. Discover now