oso

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EL ruido de las explosiones fue suficiente como para despertar incluso al aldeano más dormido, el fuego crecía poco a poco, la columna de humo tapaba la casa de Alexby y ocultaba al causante de todo, debía correr ahora hacia la estación de policía, con el caos todos se asegurarían de detener el fuego y dejarían sus puestos dejando la prisión sin guardias que vigilaran, esto le daría el tiempo suficiente como para sacar a todos de ahí.

Llego a la Estación de policía, alerto a todos de que se alejaran de los barrotes, coloco dinamita y exploto la celda, al perder la comunicación con los dioses también se perdía la protección de las construcciones, al estar abierta la celda les dio a todos al menos dos enderpearls para que saltaran la muralla de Luzu y se armaran con todo lo que pudieran para defender el pueblo y a ellos mismos, les dio indicaciones de lo que debían hacer y los rapiitori no tardaron en llegar, Rubius se enfrento a ellos mientras el cuerpo de policía escapaba, ahora él debía ganar tiempo.

La fuerza que tenía al ser híbrido dejo de ser contenida, se estaba desquitando con los rapiitori, los estaba castigando por hacerlo mentir, por hacer que se separara de su familia, de sus amigos, de su manada, sus colmillos se veían más atemorizantes ahora que estaba enojado; la pólvora, la madera quemada y el fuego pasaron a segundo plano en la mente del oso, ahora nadie podía detener a la bestia en la que se había convertido.

Cada vez había mas cuerpos en el suelo, inconscientes o muertos, que más daba, su ira ya no podía apagarse y los culpables iban hacia él como cucarachas en busca de comida, ya no pensaba o tal vez si, nadie lo veía, nadie podría juzgarlo, solo era su bestia peleando por su territorio, por su hogar. La ultima pizca de cordura desapareció y con la ultima carga de dinamita exploto la alcaldía y la casa donde estaban guardado todos los recursos de los rapiitori, todo voló, fue incluso más grande que la anterior y junto con esa el cielo se ilumino, el calor era similar al infierno y el aire estaba más contaminado que costaba incluso poder abrir los ojos, el oso de Rubius gruñía satisfecho, necesitaba descargar toda su ira en algo y al fin había sido liberada.

-Guder, godta dette tilbudet slik at jeg kan sone for mine synder* -dijo sus ultimas palabras de la noche y se alejo entre el caos y el humo.

A la maña siguiente el sol se colaba por las grandes ventanas de la casa flotante, despertó en la cama de Vegetta, envuelto en las lilas sabanas portando solo su ropa interior, se sentía frío y le dolía la cabeza, estaba confundido; Se levanto como pudo y camino por toda la casa, buscaba algo o ¿a alguien? "¿donde estarán?""¿ya estarán juntos?""¿Fargan habrá llevado el mensaje?""¿y si algo les paso?""¿y si no confiaban en él?" su cabeza comenzaba a pulsar y a doler, demonios, debía de dejar de darle demasiadas vueltas al asunto, confiaba en Fargan, su hermano oscuro, aquel que había arriesgado su posición en la policía y la relación con su pareja solo para que Willy y él salieran sin sospecha de la cárcel, si confiaba en él ¿por que dudaba tanto?.

Se detuvo un momento frente a la cama, ya había recorrido toda la casa y de nuevo estaba donde empezó y en la esquina del cuarto, el traje del oso nocturno estaba tirado en el suelo, aventado sin más. Tenía tantas caras y ninguna de ellas podía perdonar lo que hacía, el rostro de la hermandad oscura miraba desde arriba con odio, la cara del oso nocturno lo miraba con pudor, los ojos del cura lo miraban con asco y los rostros iluminados con esmeraldas y amatistas estaban decepcionados ¿Por qué se sentía así? ¿se lamentaba por haberlos dejado solos?¿por haberse vendido? que los dioses fueran piadosos con él por que de seguro ni Willy ni Vegetta lo perdonarían.

_..._

Llegaron a Wakanda Oasis, el sol del desierto golpeaba con fuerza aquella tierra bendita, la arena y el calor tan solo abrazaron con fuerza a estos héroes desterrados y aunque sus cuerpos extrañaran el ambiente templado de karmaland se alegraron con saber que aún este santuario estaba intacto.

Un accidente animalWhere stories live. Discover now