Willy

509 55 11
                                    

El albino no regreso a su casa, ni regreso al pueblo...solo huyó. Corrió lo más que podía hacia el bosque, estaba mal y no pensaba con racionalidad, el nudo en su garganta no le dejaba respirar y las lágrimas ya no las podía detener, solo quería correr, poder sentir el aire frío congelando sus pulmones y secando su garganta. Quería sentir otro dolor que no fuera el que provocaba Rubius, si, estaba enojado con él, pero más lo estaba consigo mismo, por dejarse caer de cabeza hacia ellos en primer lugar, en confiar.

Siempre era lo mismo.

Cuando creyó estar lo suficientemente lejos se detuvo a respirar, el ardor en sus pulmones logro detener su llanto por unos momentos sin embargo era algo pasajero. Respiro de nuevo, esta vez cogiendo más aire tratando de aclararse cuando a lo lejos vio un grupo bastante numeroso de rapiitoris con antorchas y armas en mano marchando a donde estaba el siguiente pueblo, donde estaba la entrada a Wakanda Oasis.

No se lo pensó dos veces, sabía que era mejor atacar en grupo, que era mucho mejor atacar por enfrente y por detrás, acorralarlos entre todos los héroes y por fin acabar con este apocalipsis, pero su corazón podía más y furioso bajo hasta donde estaba aquel bando causante de todo lo malo en su vida.

Con un arco apenas encantado que había en la guarida oscura y algunas flechas empezó a eliminar gente enfocándose en lo que cargaban consigo armas más grandes lo que obviamente llamo la atención del grupo. Escondido entre las sombras con el traje de la hermandad era fácil atacarlos de sorpresa, quitarles armas y seguir, pero claro, aun con la noche a su favor aquel grupo se sentía como la Hidra de Lerna, aquella criatura a la que se enfrentó Hércules. No importa cuantas bajas hiciera siempre había más que trataban de buscarlo entre los árboles, sabía que era cuestión de tiempo para que lo vieran y lo atraparan... si quería hacer más daño tendría que atacar a la cabeza principal.

Logro adelantarse bastante y por donde supuso iban a pasar coloco la poca dinamita que había logrado conseguir y se escondió entre los árboles esperando el momento para activar aquel botón rojo en su mano.

Pasaron varios minutos y aquel grupo no llego lo que lo hizo preguntarse si no se había equivocado de sitio y si solo estaba perdiendo tiempo tratando de atacarlos por sorpresa, apenas salió de su escondite sintió el filo de una navaja atravesando su costado y el traje, Willy logro reaccionar rápido y alejarse entrando en el camino, cuando regreso la mirada a su atacante su sangre se fue al suelo.

Un botón rojo.

La dinamita bajo sus pies exploto mandando a Willy a volar, el caer de espalda le saco el aire de los pulmones y enterró más aquella navaja provocándole un grito de dolor que fue amortiguado por su mascara. Se giro quedando bocabajo lo que lo ayudo para quitarse aquella arma. Sus oídos pitaban, sus ojos no podían enfocar su alrededor y el aire dolía al entrar.

—Mierda —susurro.

—Oh, pero miren quien es —la voz se le hizo familiar y al alzar la cabeza pudo ver al cabecilla del grupo: el líder de los rapiitori. —. Creí que era otra vez esa rata nocturna.

Willy se levantó sujetando su herida tratando de detener la hemorragia. Respiro hondo, el dolor era mucho más de lo que recordaba, pero ya había sentido peores así que se preparó para luchar ahí mismo.

—Esa cosa nos ha estado causando problemas desde que los expulsamos, pero me alegra verte —sonrió descarado.

—Pues a mí no —era notorio el dolor y el odio en su voz.

—¿No estarás enfadado con nosotros verdad? Creí que tu habías mandado a Rubius a hacer el trato.

—Tal vez... pero me arrepentí. No me agrada su idea.

Un accidente animalWhere stories live. Discover now