Capítulo 9

449 24 0
                                    

 

Martes 7 de Abril, los días habían pasado lentamente, ir a trabajar, almorzar a la 1 de la tarde, ir a Starbucks a las 5 de la tarde junto a Dinah, a las 7 preparar la salida hasta casa, tener la oportunidad de hablar con sus padres en la cena de las 8, jugar como una niña de 15 años junto a su hermana Sofía, investigar en internet casos para crecer profesionalmente, leer algunas páginas de uno de los libros de John Green. Así habían sido los últimos días de Camila, rutinarios después de aquel último día en que había tenido interacción con Lauren, su paciente, Camila había tenido tanto trabajo y había por fin dado prioridad a sus padres y hermana que no había tenido la oportunidad destinataria de volver a saber de ella, en algunos momentos pudo darse cuenta en cómo pensaba, por ejemplo en su oficina ésta mañana, erróneamente mientras tenía a uno de sus pacientes frente a su escritorio sacó el cuadernillo de anotación de Lauren en vez de su paciente actual, su concentración no era precisamente en su oficina, había pasado un tiempo notable desde los acontecimientos de aquel estanque de la universidad donde compartieron, Camila se había acostumbrado a la idea e encontrarla fuera de horarios de consulta y el hecho de no poder hacerlo los últimos días podía hacerle sentir un vacío cuestionable, un vacío incómodo en el cual dedicaba sin siquiera darse cuenta tiempo para pensar en él, en ella, ¿Qué estará haciendo? Pudo darse cuenta preguntándose eso para sí misma después de haber visto casi por 5 minutos seguidos un punto cualquiera en su oficina.

“Llegas 5 minutos tarde” habló Thomas, el chico de ojos marrones quien vestía desordenadamente al otro lado de la pantalla, había conectado skype a las 10 de la noche, justo a la hora la cual habían acordado.

“Lo siento” se disculpó Camila “tardé demás, hablaba con mi hermana e intentaba que durmiera”

“Sofía ¿Cómo está? Debe estar grande, casi dos años han pasado desde la última vez que la he visto”

“Ella está bien, tan grande, tan despierta para su edad” halagó con orgullo a su hermana la castaña “Ya tiene 9 años”

“Imagino que sigue con toda esa locura, era tan fascinante escuchar toda esa imaginación de su parte” recordó Thomas, conocía a Sofía porque había tenido la oportunidad de pasar un tiempo con ella cuando Camila debía cuidarla, para ese entonces tenía tan sólo 5 o 6 años.

“Ella sigue igual de divertida, es tan tierna, hoy por ejemplo me preguntó sobre mi trabajo, ella dijo que le gustaría tener mis conocimientos para poder ayudar a sus compañeros de clase, me explicó que uno de sus amigos perdió a su perro en vacaciones debido a su avanzada edad, su amigo de clase está tan destrozado que ya no quiere jugar o prestar atención en clases, de hecho ella se dio cuenta que mientras todos escribían el dibujaba a su perro sin ánimo de hablar o algo más, entonces ella le dijo que no podría devolverle la vida a su perro pero si le preguntaría a su hermana como poder devolverle la sonrisa a aquel rostro del niño”

“Eso es dulce” dijo Thomas mientras prestaba atención a la video llamada “quizás logre interesarse en nuestro trabajo y en un futuro nos tape la boca siendo una mejor psicóloga de lo que nosotros llegásemos a ser”

“Eso espero” carcajeó Camila “pero sé que también le interesa el arte, ella es muy buena cantando o pintando”

“¿Aún sigue con ese deseo?” preguntó Thomas divertido.

“¿Ser princesa?” miró la cámara Camila respondiendo al ver asentir a Thomas del otro lado “Oh no, ella sabe que eso fue un deseo infantil, ella quiere ayudar, es lo único que ha dicho y le he notado, siempre está preocupada de los sentimientos de los demás, siempre está ayudando a quien la necesite, incluso a un extraño, mi madre por ejemplo mencionó que de la nada hoy Sofía tomó la mano de una anciana en la calle y la ayudó a cruzar”

"Ojos que mienten" (Camren)Where stories live. Discover now