Capítulo 12

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“Ella tiene la maldita culpa” esas palabras resonaban en la cabeza de la castaña una y otra vez mientras esperaba dentro de su auto apoyando sus codos en el volante y su cabeza entre sus manos.

“Está bien” se repitió así misma “No hiciste nada malo, tienes que creerte eso porque es la verdad, quisiste ayudar” dijo antes de escuchar los suaves golpes en la ventana de su auto y levantar su cabeza encontrándose con unos ojos azules.

“¿Sí?” preguntó la chica un poco exaltada al bajar el vidrio de la ventana y ver al oficial de pie fuera del auto “¿Estoy mal estacionada?”

“Hola, no, no es nada de eso” habló el uniformado de cabellera rubia quien se quitó su gorra antes de continuar “Veo que no me recuerda, la vi en aquella audiencia, estaba justo haciendo el juramento cuando recordé su rostro…” el chico hizo una pausa al ver el ceño fruncido de Camila demostrando confusión “La vi en el departamento, hubo un tiroteo y…”

“Por supuesto que te recuerdo” interrumpió Camila antes de dejarlo terminar “eras aquel policía, yo ensucié tu pantalón” dijo en una sonrisa “Oh, Dios, ¡Yo ensucie tu pantalón! Lo siento tanto”

“Eso ya pasó” carcajeo el policía “sólo vine a saludar… la vi salir y luego ahora, acabo de reconocerla cuando iba a subir a la patrulla, justo la del frente” indicó a Camila.

“Oh… ya la veo” habló Camila sin siquiera saber que más decir, permitiéndose un silencio incómodo antes de que algo se le ocurriera.

“¿Se encuentra usted bien?” preguntó el policía y Camila agradeció en su mente que él rompiera el silencio.

“Claro” contestó la castaña sintiéndose culpable luego, en realidad no pudo darse cuenta de lo afectada que estaba hasta que se mintió una vez más “Estoy bien” sonrió con suavidad y decidió bajar del auto “Sólo necesito un poco de aire” habló una vez fuera y notó al policía frente de ella, aquellos ojos azules, su cuerpo robusto y su pelo ordenado con una leve marca por la gorra.

“Escuche…”

“Por favor no me trates de usted, yo ni siquiera lo he hecho… espera… ¿eso te molesta?” habló con rapidez Camila.

“Eso está bien y gracias…” sonrío el policía “Entonces, como iba diciendo… estoy en servicio pero soy un buen charlatán y consejero, a esto me refiero a que si necesitas hablar y beber un café algún día con un extraño, me gustaría ser ese extraño” directo al grano pensó Camila casi sorprendida por las palabras del policía, por la invitación, entonces él si le estaba coqueteando aquella vez en el departamento.

“Claro” respondió, una nueva culpa en su interior, en realidad en lo que menos pensaba en ese momento era en la idea de conocer a alguien nuevo o hablar “Es una buena idea”

“Esa es una buena respuesta para mi” sonrío con suavidad el uniformado “Su nombre… ¿Tu nombre, es Karla? Pude escucharlo en la audiencia”

“Camila” corrigió rápidamente la castaña “Camila, siempre Camila está bien para mi” asintió “¿Su nombre? Oficial” la castaña entrecerró los ojos para ver la placa dorada que traía en su camisa azul oscura.

“Marco, siempre Marco” respondió el hombre alto “Entonces… ¿tienes algún número?” preguntó algo tímido sacando su celular del bolsillo de su pantalón.

“Claro, lo anotaré” dijo Camila tomando el celular entre las manos del robusto policía y agregó su número “Es éste, puedes llamarme cuando lo desees”

“¡Camila, estás aquí!” escuchó la castaña la voz de Dinah quien venía golpeando prácticamente sus tacos en el pavimento por el fuerte sonido que éstos emitían, “Te hemos estado buscando”

"Ojos que mienten" (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora