Anhelaba la compañía de Yuuri y también de su hija, Ana estaba de viaje con Lilia, quien decidió que lo mejor para que la pequeña, era que tomara unas vacaciones, una niña no tenia por que vivir el caos del reino, y menos ver la tristeza en la que se sumergía su padre.

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Llegaron más rápido de lo que había creído, miro los alrededores, era un pueblo simplemente hermoso, rodeado de naturaleza, y ubicado cerca de la frontera, podría ser tal vez el mejor lugar para esconderse, si el omega era inteligente y vaya que sabia que lo era, podría esconderse en medio de la naturaleza, o encontrar la forma de saltar entre fronteras si sentía que se encontraba en peligro, haciendo que se dificultara su búsqueda, alargándola y haciéndola extenuante, esa podría ser la respuesta de por que no lo encontraban, y parecía que se lo hubiera tragado la tierra.

Bajo de su caballo para cambiarse de ropa, el plan era no llamar la atención, se disfrazarían de pueblerinos, así sería más fácil obtener ayuda y también pasar desapercibidos, una vez listos, se dividieron para entrar en diferentes tiempos, no convenía que entraran todos juntos, alguien podría estar informando de la entrada de grupos grandes y seria un claro aviso de que algo pasaba, ayudando al omega a que escapara sin tener oportunidad de hablar con él.

Caminaba observando los alrededores, había demasiada gente como se esperaba de un pueblo fronterizo, seguramente había mucha entrada y salida de personas de un lugar a otro, ahora se arrepentía de haber llevado a tan poca gente con él, si la búsqueda no resultaba bien, tendría que poner a guardias disfrazados hasta que supieran que el omega no estaba ahí, de pronto se perdió observando a la gente, sonrió al ver la escena de muchos niños, gente en familia, era una escena hermosa de ver.

Su sonrisa se agrando al verlo de pronto, era el, estaba casi seguro, estaba acompañado de otro chico, y en sus brazos un bebe, era hermoso, y era la viva imagen de Víctor cuando era un niño, empezó a caminar siguiéndolos, poniendo solo un poco de distancia, no lo perdería de vista, era necesario que hablaran.

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Yuuri se había levantado demasiado cansado ese día, trabajar de forma normal, era algo pesado, el esfuerzo físico era agotador, y ahora que su pequeño había crecido, había incrementado las horas que trabajaba aprovechando que ya podía dejar por ratos solo a su bebe, lavaba ropa y limpiaba casas de la gente acomodada del pueblo, y como extra hacia mandados para gente mayor, a veces lo hacia cargando a su hijo y otras lo dejaba encargado por algunas horas, vivía en una pequeña casa, demasiado humilde, pero estaba feliz, la vida era cansada pero cada día lo llenaba de sonrisas, aunque a veces se hubiera aventurado a ir cerca del palacio para ver como se encontraban todos, no quería aceptarlo, pero los extrañaba, a yura, a Ana, a Lilia, y a Víctor, cuando se entero que había sido envenenado olvido por un momento su plan de escape, regresando solo para encontrarse con un cruel espectáculo, aun sentía escalofríos cada vez que recordaba ese día, estaba casi seguro que la reina le había sonreído antes de su final.

Aquel pueblo fronterizo era lo más lejos que había llegado, se decía mentalmente que en serio quería marcharse de aquel lugar, pero simplemente no podía, algo en su interior se lo negaba, y siempre encontraba alguna excusa para quedarse, pero la verdad el tiempo había sanado algunas de las heridas, y su omega se negaba a irse sin su alfa, él lo sabía, a pesar de todo aun sentía un afecto por Víctor, que esperaba que solo fuera causa de la marca, esa marca que le hacía sentir tristeza de vez en cuando, sabía que Víctor sufría y se sentía egoísta de no hacer nada por aliviar ese dolor, pero temía demasiado las consecuencias, el castigo seria severo, y podría aceptarlo, pero su hijo, ¿Qué pasaría con su hijo? ¿Víctor lo perdonaría, lo criaría, los alejaría? ¿volverían a la misma rutina de maltrato? No quería nada de eso, prefería seguir sintiendo de vez en cuando el dolor en la marca, antes de darle un futuro incierto a su hijo.

Salió de sus pensamientos al escuchar un "ya llegué" en la entrada, corrió a recibir al joven con una sonrisa, le debía mucho, cuando Yuuto lo encontró en medio de su escape, jamás hubiera creído que en vez que delatarlo le ofreciera acompañarlo, gracias a él había pasado desapercibido, nadie sospecharía de una pareja que parecía que estaban creando una familia, odiaba aprovecharse del joven, más aun después de escuchar una confesión de su parte, confesión que no podía ser correspondida, solo lo quería como un amigo, y a pesar de eso Yuuto seguía ayudándolo, el joven trabajaba en el campo, y gracias al doble ingreso, no habían sufrido carencias.

- ¿Cómo te fue hoy? - pregunto Yuuri

-cansado, es temporada de sembrar y cosechar, estaré muy ocupado- respondió sentándose para dejar escapar un suspiro cansado mientras se limpiaba con un paño húmedo

- ¿Qué te parece si comemos fuera esta vez? - dijo Yuuri animado, pensando que eso serviría para animar al joven

- ¿no estamos ajustados de dinero?

-tengo un extra, una vez no nos hará daño- dijo con una sonrisa viendo que yuuto también sonreía para asentir

Salieron de casa emocionados, platicando en el camino sobre lo que les antojaba comer, escuchando de vez en cuando algunos balbuceos del bebe que jugaba con el cabello algo largo de Yuuri, mientras sin darse cuenta eran seguidos cuidadosamente por varias personas. 

ERES UN INTRUSOWhere stories live. Discover now