° ❀ • CAPÍTULO 18 (Parte 1) • ❀ °

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Él era un idiota. ¡Un estúpido, arrogante y desalmado imbécil! Marinette probablemente lo odiaba ahora, y se lo merecía con creces. ¿Cómo pudo ser tan ingenuo y negligente como para pensar que podía cambiar una tradición de siglos cuando ni siquiera era capaz de controlar su propia vida?

Patético.

Porque nunca hubo ninguna posibilidad de que se le permitiera casarse con Marinette, y Adrien debería haberlo sabido. Nunca debió haber albergado esperanza alguna. Nunca debió haberle prometido algo cuyo cumplimiento no estaba al alcance de sus manos. Pero, por encima de todo, debió haber sido él quien pagara el precio por su estupidez.

Y, en cambio, lo hizo Marinette. Era su corazón el que acababa de romper en millones de pedazos. Eran sus lágrimas y su agonía las que aún se hacían eco en su alma mientras se deslizaba al suelo, junto a su cama, y se acurrucaba sobre sí mismo, aguantando la cabeza entre sus brazos.

¿Qué acababa de pasar?

Un quejido lastimero resbaló de sus labios. ¿Cómo podría vivir consigo mismo después de lo que había hecho? ¿Cómo podría siquiera perdonarse por herir a una chica inocente cuya única culpa había sido enamorarse de él? Y no le importaba si era su propio corazón el que fuera pisoteado, apuñalado y dejado desangrándose al costado del camino. La culpa de traicionar la confianza de quien lo amaba pesaba más sobre él de lo que cualquier propio sufrimiento jamás podría.

¡Maldición!

Adrien apretó los puños con más fuerza, sus uñas se hundieron abruptamente en su piel. Incluso perder a su madre, el acontecimiento más agonizante de su vida hasta ahora, no le había dolido tanto. Sin embargo, no tenía elección. Si deseaba que Marinette estuviese a salvo, si la quería en casa con sus amigos y familiares, segura y protegida, tenía que dejarla ir.

Sin importar cuánto no quisiera.

A pesar de lo mucho que eso le dolía.

Incluso si les rompiera a ambos el corazón.

El bienestar de su amada era de vital importancia. Adrien no podía perder a otro ser querido, y si intentaba cualquier otra cosa para que su matrimonio se lleve a cabo, eso bien podría suceder. Lo conocía a su padre. No podía correr el riesgo. No con el destino de Marinette en juego.

Solo esperaba que ella lo entendiera algún día. Porque la angustia del corazón roto, no importa lo infernalmente dolorosa que fuese ahora, se desvanecería y sanaría eventualmente. Ella encontraría la felicidad con alguien más; alguien que la apreciaría y amaría y que la haría feliz de la manera que Adrien deseó haber podido.

No se atrevía a desear su perdón. Ojalá lo olvidase, como a un mal sueño. Con eso estaría conforme. Para él, saber que ella estaba sana y salva sería suficiente.

Sin embargo, eso no significaba que no se sentía totalmente devastado.

Con el cuerpo entumecido, atenazado por el dolor, Adrien lentamente se incorporó y se arrastró por su cama, tumbándose sobre las sábanas completamente vestido. Cerró los ojos, sucumbiendo plenamente a su miseria.

Debió haber escuchado a Nino y permanecido lejos. ¿Por qué no pudo mantener la distancia? ¿Por qué tuvo que apresurarse y decirle que la amaba? ¿Por qué tuvo que besarla y adorarla sin cansancio? Hubiera sido más fácil si nunca la hubiera tocado, si nunca hubiera sabido que ella también lo amaba. ¿Cómo se suponía que iba a olvidarla ahora? ¿A su aroma? ¿A la suavidad de su piel? ¿A sus labios? Y a esos adorables y dulces sonidos que se deslizaban de su boca mientras la sostenía entre sus brazos, acariciándola y besándola hasta quedarse sin aliento. ¿Cómo se suponía que iba a apagar ese fuego que había encendido en él?

• A Bride for The Prince (Español) • Miraculous AUWhere stories live. Discover now