° ❀ • CAPÍTULO 15 • ❀ °

1.6K 168 215
                                    

La noche se presentaba muy... interesante, por decirlo de alguna manera.

Para empezar, Gabriel, de pie junto a la ventana, había visto a una muy enojada Lady Volpina bramando por todo el castillo, su presencia tan sutil como un huracán. La había pillado en la habitación de su hijo; quien, a su vez, claramente huía de la escena escalando las paredes del recinto. Y sin camisa, por cierto.

Dios Santo, qué vergüenza. Pensaba que había criado a Adrien mejor que eso.

Sin embargo, todos los pensamientos sobre lo que posiblemente había sucedido entre Lady Volpina y su hijo se habían esfumado de su mente, cuando divisó algo sorpresivamente escandaloso.

—Nathalie.

—¿Si, su Majestad? —preguntó la mujer que se encontraba detrás de él.

—Por casualidad, no sabrías por qué mi hijo se está escapando con una mujer en medio de la noche, ¿verdad?

Nathalie se atragantó con su saliva antes de mirar por la ventana, situándose junto a Gabriel.

—No, señor.

«Evidentemente», pensó el rey.

Primero descubrió a su hijo trepando por la ventana de su dormitorio, ¿y ahora estaba huyendo con una mujer, sin acompañante ni supervisión alguna, ya bien entrada la noche?

Pero entonces, entrecerró sus ojos, ante una idea que acababa de cruzar por su cabeza.

—Y... por causalidad, no tendrías una sospecha acerca de quién podría ser, ¿o sí?

Nathalie enmudeció una vez más.

—Puedo reducirla a unas pocas, basándome en su cabello y estatura.

—¿Y Lady Bug entra en ese grupo?

Nathalie volvió a aguzar la vista hacia la oscuridad de la noche, aunque estaban ya casi fuera de su alcance.

—Yo diría que sí.

—Hmm... Convoca a mi primer caballero para que lleve a cabo una investigación, como él lo considere conveniente. Date prisa, antes de que se escapen.

—Si, su Majestad.

—Si, su Majestad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¡Shhh!

—¡Tú shhh! —Marinette siseó en respuesta, con una gran sonrisa en su rostro, tan amplia que le dolían las mejillas.

—Vas a despertar al castillo.

—Tú eres el que me está haciendo reír, en primer lugar.

Adrien se rio entre dientes.

—Yo no estoy haciendo nada.

—Sabes exactamente lo que estás haciendo.

—Sí, ¡nada! Tú eres la risueña. No seas tan ruidosa.

• A Bride for The Prince (Español) • Miraculous AUWhere stories live. Discover now