° ❀ • CAPÍTULO 3 • ❀ °

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Fue probablemente el día más embarazoso que había tenido hasta ese momento. Había fallado en varios aspectos. A este paso, la descubrirían en pocos días, y luego la meterían en la cárcel, a la espera de una sentencia que con seguridad terminaría en su muerte, sus padres quedarían destrozados por perder a su única hija, y Mylène...

El estallido repentino de su puerta al abrirse la sobresaltó, interrumpiendo sus pensamientos. Con el corazón acelerado, Marinette se volteó para observar quién había entrado, sólo para ver a Alya cerrando la puerta.

Marinette forzó una sonrisa, esperando que no revelara lo rápido que su corazón latía en ese momento.

—Alya... —Pero la recién llegada levantó su mano en stop motion, como si de una animación cuadro a cuadro se tratara, y la mandíbula de Marinette se cerró con un chasquido.

—No eres noble, ¿verdad? —Su tono de voz era perfectamente claro: no había sido una pregunta.

—No —Ese fue el comienzo del cruel final de Marinette. Su estómago se retorció de preocupación mientras inclinaba su cabeza—. No lo soy.

Alya se quedó en silencio mientras observaba a Marinette con los brazos cruzados y una ceja arqueada.

—Esa es una historia que quiero escuchar.

Y ahí fue cuando las palabras empezaron a salir a borbotones de su boca. Todo lo referente a Mylène y como ella era la verdadera Lady Bug, que había huido para casarse con su amado y en su lugar había enviado a Marinette, debiendo fingir ser una lady en consecuencia.

—¡Se suponía que era una broma, lo juro! —finalizó Marinette—. Nunca creí que me iba a mandar al castillo, pero lo siguiente que sé, es que ella estaba de acuerdo, pensando que era una gran idea y enseñándome como interpretar el papel.

A esa altura, Alya estaba sonriendo. De hecho, su sonrisa se aproximaba bastante a una divertida y socarrona.

—Así que tú estás aquí, disfrazada de Lady Bug, para que la verdadera Lady Bug pudiera estar con su ahora esposo.

Con la cabeza colgando de vergüenza, Marinette asintió.

—Por favor —suplicó, esperando que sus lágrimas no escaparan de sus orbes—. Me escaparé. Haré algo. No puedo ser atrapada. Sé que es un delito, pero por favor...

—¡Oye! —la interrumpió Alya, su sonrisa se desvaneció al tiempo que se precipitaba hacia Marinette. Puso las manos sobre sus hombros y les dio un apretón tranquilizador—. No. No te voy a exponer. Lo juro. No te preocupes. Tu secreto está a salvo conmigo.

Marinette miró hacia arriba, a través de sus pestañas, mientras Alya sonreía dulcemente.

—Lo prometo —aseguró Alya una vez más—. Tu secreto está a salvo conmigo. No vas a meterte en problemas. Estarás a salvo hasta que puedas regresar junto a tu lady. Lo juro.

Luego de un parpadeo, Marinette sintió que las lágrimas que estaba intentando retener corrieron por sus mejillas. Se apresuró a secarlas con sus mangas antes de darse cuenta de que eso no era algo propio de una lady.

—Gracias —susurró—. Sé que ya he fallado unas cuantas veces, pero... No puedo ser atrapada, y estoy aterrada ante la posibilidad de terminar envuelta en más problemas. Y tampoco puedo dejar de pensar en si alguien más, aparte de ti, también lo haya descubierto.

• A Bride for The Prince (Español) • Miraculous AUWhere stories live. Discover now