° ❀ • CAPÍTULO 8 • ❀ °

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—Eres demasiado bueno —susurró Marinette contra su pecho.

—Solo porque tú lo mereces.

Él la acercó más. Marinette merecía mucho más de lo que estaba recibiendo. Se merecía el mundo, no, el universo, y
no el trato grosero que el Duque Barbot le había dado antes. A Adrien le hervía la sangre ante el mínimo recuerdo. ¡Ese patán sin escrúpulos! ¡Cómo se había atrevido! Gracias al cielo, Adrien no había estado muy lejos y los había visto, justo a tiempo para lidiar con ese bruto, antes de que pudiera causar verdadero daño.

Inconscientemente, Adrien apretó su agarre sobre Marinette; ella se acurrucó más contra él como respuesta. Pobrecita. Había pasado por tantas cosas esa noche, con razón no podía dormir. No es que él estuviera mucho mejor, ya que estaba de camino hacia su...

Adrien abrió de golpe los ojos. ¿Cómo no se le había ocurrido antes?

—Hey —susurró en su cabello—. Si no puedes dormir, ¿quieres escaparte conmigo al mejor lugar que jamás hayas visto?

Marinette se apartó para mirarlo, con creciente interés en sus ojos.

—¿Oh? ¿A dónde?

—Mi jardín secreto.

Ella arqueó una ceja.

—¿Un jardín secreto? ¿No es muy cliché?

—Absolutamente —Adrien sonrió con amplitud—. ¿Pero qué jardín real no tiene uno? En serio, Marinette, es prácticamente una necesidad en estos días. Jamás consideraría siquiera comprar un castillo, si no tuviese un jardín secreto en sus terrenos.

Marinette se rio disimuladamente.

—Eres un tonto. Pero supongo que tienes razón: esta perfecta noche agitada no debe desperdiciarse. Sin embargo, tendría que cambiarme por algo más apropiado para eso.

Desenredándose de su abrazo, Marinette se separó de él. Adrien la dejó ir, un poco a regañadientes, y con una risita, inmediatamente estiró su mano para frotarse la parte posterior de su cuello.

—¿Alguna vez piensas al menos dos veces antes de escaparte con un extraño en medio de la noche?

—No —Marinette se encogió de hombros—. Sobre todo, porque no me escapo con extraños.

—No nos hemos visto en años. Soy prácticamente uno para ti.

Ella le dedicó una media sonrisa tan enternecedora, que Adrien casi se pierde el momento en que ella se paraba en puntas de pie para darle un golpecito con el dedo en la nariz.

—Tontito, no eres ningún extraño. Te conozco de toda la vida. Ningún tiempo separados, sin importar cuán largo sea, puede quebrantar mi confianza en ti, así que déjate de tonterías y sal al balcón para que me pueda cambiar. Y no te atrevas a espiar.

Adrien jadeó, fingiendo sentirse ofendido.

—¡No puedo creerlo! ¿Cómo puedes pensar algo así sobre mí? Y dices que confías en mí.

Marinette se echó a reír.

—Sé que no lo harías, pero como me estás llevando a un jardín secreto cliché, simplemente debo decir cosas cliché también.

—Bastante razonable —se rio Adrien discretamente, antes de salir al balcón.

Marinette no tardó mucho, y pronto se dirigían, no tanto a un jardín secreto, sino hacia un área apartada en un rincón lejano de los jardines reales, que prácticamente nadie había visitado. Rodeado de majestuosos árboles, tenía un pequeño estanque en medio y una hamaca junto al agua. Las flores, que revelaban su verdadera belleza solo después del atardecer, llenaban los macizos alrededor del perímetro. Enredaderas y arbustos cercaban el espacio, protegiéndolo de los transeúntes.

• A Bride for The Prince (Español) • Miraculous AUWhere stories live. Discover now