° ❀ • CAPÍTULO 19 • ❀ °

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Decir que Marinette era algo menos que un completo desastre, sería extremadamente generoso.

Cuando llegó a Stonebreak Hall a primera hora de la mañana, el personal de la casa se había sorprendido, pero se urgieron en convocar sin demora a Lord y Lady Stoneheart a fin de darle la bienvenida a la invitada.

Al enterarse de quién se trataba, Mylène se había puesto eufórica, y corrió a toda prisa para recibir a la recién llegada. Marinette había creído que sería capaz de mantenerse en pie y actuar con calma, pero en el momento en que vio a su amiga y ésta la envolvió en un cálido y fuerte abrazo, se vino abajo, cayendo de rodillas en medio de un mar de lágrimas.

Y había sido muy difícil convencerla de que ingresara a la casa.

En estos momentos, se encontraba en su propia habitación en Stonebreak Hall, una que Mylène había preparado para ella con semanas de antelación, con la esperanza de que Marinette pronto aparecería. ¡Menudo desastre! Que Lady Stoneheart haya engrandecido su imagen ante el personal de servicio, hablando de ella de una manera tan positiva, solo para que su primera impresión fuese la de encontrarse con una maraña de lloriqueos y sollozos andante.

Qué vergüenza.

Ella era mejor que esto. Era más fuerte. Más racional. Sin embargo, nada de eso parecía importar. El dolor en su corazón era demasiado intenso.

Sus expectativas se habían erigido demasiado alto, construidas sobre la perspectiva de casarse con un hombre tan maravilloso, alguien con quien podía verse siendo muy feliz durante el resto de sus vidas; solo para que su mundo entero se derrumbara a su alrededor con esa revelación...

Respirando pausada y profundamente, Marinette fue capaz de recuperarse poco a poco de las lágrimas. Se enjugó con rapidez la última en su rostro justo cuando alguien llamó a su puerta.

Esperando al menos verse medianamente decente, se puso de pie, se alisó la parte delantera del vestido y abrió la puerta para encontrarse a Mylène parada frente a ella. Su expresión era simpática y su mirada comprensiva, a la par que sostenía una bandeja que contenía té y un plato de galletas.

—¿Quieres hablar acerca de ello?

Marinette se quedó contemplando el plato por unos segundos antes de suspirar.

—Incluso si no quisiera, siento que te debo una explicación.

—Me gustaría una, sin dudas —dijo Mylène, su frente era surcada por varios pliegues producto de la preocupación—. Nunca antes te había visto tan afectada emocionalmente por ninguna cosa.

Mylène entró a su dormitorio, depositando la bandeja en una pequeña mesa de la habitación, mientras Marinette cerraba la puerta tras ella. Mylène luego sirvió dos tazas de té a la par que Marinette se sentaba en el borde de la cama, permitiéndole a Mylène que dispusiera de la única silla en el cuarto.

—Entonces... —inició Mylène, extendiéndole a Marinette la taza llena sobre el platillo—. Si no te descubrieron, gracias al Cielo, ¿qué fue entonces lo que sucedió?

Marinette miró fijamente al líquido marrón que se arremolinaba en la delicada taza blanca de té.

—Supongo que debería comenzar por el contexto de la situación.

—Un poco de contexto no vendría nada mal.

Con un suspiro, Marinette dejó la taza de té a un lado, su estómago estaba demasiado revuelto como para ingerir cualquier cosa.

—Te acuerdas de Adrien, mi amigo de verano durante la infancia, ¿no?

Mylène le mostró una sonrisa placentera ante aquella mención.

• A Bride for The Prince (Español) • Miraculous AUOnde as histórias ganham vida. Descobre agora