CAPÍTULO 75

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No supe por qué acabé delante de la puerta de Cristian. Cerré los ojos y en un momento estaba allí. Y creía que mis piernas me habían llevado hasta su casa porque al único al que necesitaba en aquellos instantes era a él. Con tan solo abrazarme logró que todos los músculos de mi cuerpo se relajaran aunque mis lágrimas no quisieron cersar tan rápido.

Me dejó pasar. Me senté en su sofá y me rodeó con una manta ya que estaba mojada de la lluvia y con un poco de frío. Me tendió un vaso de agua y se sentó a mi lado haciéndome compañía hasta que me calmé lo suficiente como para hablar.

Y entonces, me abrí a él como un diario sin candado. Le conté todo lo que había pasado con Álex y cómo de idiota me sentía por no haberme dado cuenta antes de que estaba enamorado de mí. Le había roto el corazón a propósito y ni si quiera lo vi venir. Y tras pensarlo, me di cuenta de que tenía razón. Estas semanas había estado siendo una mala amiga. Les había dejado de lado para estar con mi novio sin saber cómo equilibrar la balanza y lo peor es que hasta entonces no quería hacerlo.

- Lo que más me duele es que hice como si no existieran pensando que así mis problemas se arreglarían - expliqué respirando con dificultad de tanto llorar - Y sí es verdad que a veces lograba olvidarme de todo, pero no les di la oportunidad para ayudarme. Al fin y al cabo son mis amigos y sé que me habrían apoyado. Pero no lo he sabido ver a tiempo - miraba todo el rato al suelo con el fin de canalizar bien mis emociones y saber controlarlas, pero en aquel momento mi corazón y mi mente eran una tremenda tormenta de arena que arrasaba con todo lo que encontraba a su paso - Y lo único que he conseguido con ello es quedarme sola.

Me tapé la cara con ambas manos. Estaba muy frustrada y triste al mismo tiempo. En aquel momento pensé que me iba a sentir así de mal por el resto de mi vida, que esa sensación de impotencia y arrepentimiento no iba a desaparecer nunca. Y cada vez dolía más.

Noté como Cristian me puso una mano en la espalda y la comenzó a mover suavemente por la superficie de la manta intentando reconfortarme.

- No es tu culpa - dijo tras mi monólogo de lamentos con un tono de voz suave y tranquilo - Tú no supiste ver lo que Álex sentía por ti y él no te lo ha dicho hasta ahora por el motivo que fuera. Se lo ha estado guardando hasta que ahora ha explotado y lo ha pagado contigo - hizo una breve pausa y yo le miré - Sé que duele, pero si de verdad te quiere y quiere lo mejor para ti, hará que todo lo posible porque lo vuestro acabe bien.

- Nada va a acabar bien, Cristian. Tiene razón. No es solo que no me hubiera dado cuenta de lo que sentía, es que nunca hice la amago de preocuparme por él en ese sentido.

- ¿Y cómo lo ibas a saber?

- Prestando más atención. ¡No lo sé! - exclamé frustrada - Me ha hecho ver que siempre miro por mí antes que por los demás. Y él era mi mejor amigo. Se supone que en cualquier relación debes tener en cuenta lo sentimientos de la otra persona y yo, como buena egoísta, ha hecho caso omiso a los suyos. Y mira lo que ha pasado.

- Oye. Estoy seguro de que has sido con Álex la mejor amiga que cualquier persona podría desear. Y si él no lo ha sabido ver es que está ciego. Además, estás pasando por una mala época y como ser humano que eres, no estás bien. Se le ha juntado todo y ha acabado explotado. A mí me hubiera pasado lo mismo o peor - respondió intentando consolarme - Las personas tenemos un límite y cuando se pasa, puede ocurrir cualquier cosa. Pero no te culpes por eso porque uno no elige de quién se enamora. Y el amor es algo que o mata o te lleva al cielo. Y a él, por desgracia, le ha pasado factura.

Me quedé un par de segundos callada reflexionando en lo que había dicho. Había sido muy sabio en ese sentido y ayudaba en cierta parte, pero el sentimiento de culpa seguía estando en primer lugar.

Mi Mejor Enemigo #MME3Where stories live. Discover now