CAPÍTULO 18

6.2K 379 34
                                    

Verónica me había respondido con un: "perfecto👏🏻 avisaré a Melissa. ¿Qué te parece empezar mañana?"

Le respondí con un: "claro, nos vemos en la academia".

No sé por qué pero me sentía bien y con ganas de ensayar con ella.

Después de estar un rato grande con el móvil, hice los deberes y estudié para el examen de biología que tenía el viernes. A las cinco, cogí el bus para ir a casa de Thomas.

Allí ya estaba Cristian pero hubo un detalle que me sorprendió demasiado. A la puerta de la casa de mi primo, estaba aparcada una moto deportiva negra y daba por sentando de que no era de Thomas.

Hoy, nos sentamos en la mesa del comedor, en el salón.

– La moto que hay fuera, ¿es tuya? – pregunté mirando a Cristian.

Levantó la mirada del papel para coincidir con la mía.

– Sí – respondió sin sorprenderse.

Pues claro, hija. ¿Por qué se iba a sorprender? ¡Ni que le estuvieras pidiendo matrimonio!

– ¿Por? – hizo una pequeña pausa – ¿Te gusta? – enarcó una ceja mientras sonreía.

– Para nada. Todo lo que tenga que ver contigo me disgusta – esperé una respuesta peor que la mía, pero se limitó a callarse y a volver a mirar el papel.

Esta vez fui yo la que me sorprendí. Algo pasaba. No era normal que no me respondiese con un tono irónico o burlón.

Lo dejé pasar y seguimos con matemáticas. No podía decir que eran expertos en el tema, pero iban pillándolo... Muy poco a poco.

Hicimos una pausa para merendar.

– ¿De qué os vais a disfrazar?

Cristian levantó la cabeza de la galleta y me miró muy serio, como si lo que acababa de decir hubiera sido una aberración.

– ¿Qué pasa?

– Nada. ¿Qué va a pasar? – le mantuve la mirada unos segundos sin expresión alguna.

Que chico tan difícil.

– Yo sí me voy a disfrazar – intervino Thomas recostándose en la silla con las manos en la nuca – Pero no os lo voy a decir.

– ¿Enserio, Thom? ¿De verdad vas a dejarme con la intriga? – exageré y él asintió – Sabes que soy capaz de buscarlo por toda la casa – bromeé y él me miró mal.

– ¿Y tú? – me preguntó Cristian.

Me extrañó que se interesara por algo mío.

– Iré a buscarlo este finde al centro comercial – respondí todo lo amable que podía ser – ¿Y tú?

Se limitó a mirarme sin decir nada otra vez. Por un momento me dio miedo. ¿Sus profundos ojos marrones transmitían neutralidad o querían matarme por hablarle con ironía?

Creo que lo segundo. Duerme con un ojo abierto por la noche.

¿Para qué? – me recordó a mi hermano.

– ¡Pues por diversión! Ya he tenido esta conversación y no me apetece repetirla – solté un gran suspiro.

– Es que yo en Carnaval suelo divertirme haciendo otras cosas.

Mi Mejor Enemigo #MME3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora