Capítulo 14: Este festival está más muerto que mi tío.

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Arriba, abajo, en medio y a un lado, odio la vida porque me trata de la verga. Chale, no sé rimar. Putos.

Cáncer.

-Los pendejos del L.A. -El mono deportista, o sea un síndrome de abstinencia, le hacía señas a mi grupo que se encargaba de entregar las bebidas en primera fila este segundo día-, give me something to drink.

-¿Dijo beber? -Inquirió Diabetes confundido, presionando el hombro de Dep para saber de qué hablaba.

Dal se hallaba tirado detrás de mí pues se agotó de tanto gritarle a Alzheimer, lidiar con el pinche Narciso y ahora recibir las burlas del siguiente día de los equipos de Savant que reinaban todas las posiciones de atletismo. Ni siquiera nuestro deportista Paranoide pudo con ellos, nos aplastaron como moscas.

-Am, quiere que le den algo -Dep dio unas vueltas como perro enano, sacando de la hielera un Gatorade rojo-...de beber.

-Dame esa madre. -Le arrebaté la bebida de golpe, encaminándome al wey que disfrutaba del sol.

Nadie tenía ánimos en pleno festival aunque el sol nos cubría a todos como mamá pollo. Pero la neta, ya todo estaba más muerto que mi tío. Aún así los Savant no se bajaban de sus nubes ni paraban de aprovecharse de los demás, justo como me gustaban, pero ya había llegado a mi límite y todo me ponía de mal humor.

No soy ni su esclavo ni el de TOC. Ambos me la pelan.

Me detuve frente al desconocido, abriendo la bebida helada ante él. Me esperó con una pinche sonrisita, cantaba victoria por hacerme actuar así. Mis límites ya no existían.

No lo hagas.

-Trágatela. -Presioné el envase que tras mi aviso se convirtió en un pito mión que atacó directo a su rostro.

Uis, lo hice.

-Fuck -soltó con un fuerte ataque de tos, golpeando su pecho pues se ahogaba con la bebida que le arrojé.

Otros síndromes que le acompañaban corrieron a auxiliarlo, dando pequeños golpes a su espalda. Las miradas disgustantes sobre mí atacaron, aunque nadie se atrevió a levantar la mano sobre mi cabeza pues equivaldría a atacar por discriminación.

Pinches sabios, no está aquí el wey cabello de princesa para defenderlos.

La bofetada en mi rostro ardió repentinamente, dejándome pasmado al observar que quien la había arrojado era alguien de nuestra escuela. Parpadeé varias veces sin creerlo, escuchando los murmullos de la gentuza sobre el demente que se atrevió a levantar la mano.

-Uuuuh, le pegó a Cáncer. -Susurró Diabetes detrás.

-Iré por... Mure... -Balbuceó Depresión.

-Pasu mecha, en serio le dio un vergazo TOC.

El presidente del club bajó su mano junto a un suspiro, recordándome que le bajara de huevos pues no podía ocasionar un problema con los de el otro instituto superior. Me sentí bastante irritado, yo no había hecho nada mal.

¿Entonces por qué soy el golpeado?

-No la quiero -arrojé una bofetada contra su piel impecable-, te la devuelvo.

Escuela para trastornos y enfermedades. {DISPONIBLE EN FÍSICO}Where stories live. Discover now