Capítulo 19: Quién soy.

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"¿Por qué cosas darías tu vida?".

Fue una pregunta para conocerme mejor, saber qué era lo que marcaba mi vida y lo que no influenciaba en mí. Yo no era lo que comía, ni cómo vestía o cómo me veía. Era mi forma de hablar, mi estatus social, y quizás mi etnia chingona. Eran cosas por las que daría la vida, como mi familia.

Y también era mi condición, no podía evitarlo, era lo que me hacía diferente, lo que destacaba en mí; tenía gran peso en mi vida, aunque lo negara yo era eso, pero también era otras muchas cosas. Y ya, como el simple permatrago.

Qué es permatrago, ahuevo.

Cáncer.

Cuando los niños con quienes peleaba dejaron de hacerlo por miedo a causarme daño, supe que yo era distinto. Fue a base de la comparación que me di cuenta de quién era, y me impactó demasiado. Me enojé con mi madre por no habérmelo dejado claro.

Ella me había enseñado que yo era mi cara y mi nombre, pero no que otras cosas también me hacían ser quien era. La mandé a chingar a mi abuela varias veces, por un chingo de años, pero me soportó la vieja porque me quiso tener y la chingada.

Pero tremenda mujer, mi jefa, la seño que más amaba.

-My mom is a crazy bitch. -Escupió Capgras, con el sonido de su Nintendo de fondo.

Bostecé, con la espalda recargada en el árbol de descanso que cubría mi frente son su sombra para que no sudara demasiado. Ajusté el audífono de la llamada, y seguí escuchando mientras desbarataba una hoja que olía a limón. Su chisme ya estaba por concluir, junto a su mal humor.

-And the fucking escolta hijos de puta, les dije a la derecha y a la pinche izquierda marcharon. WHAT THE FUCK.

Levanté ambas manos y traté de recordar con cuál escribía para asegurarme de que era la derecha. Chale, la verdad yo también las confundía.

-¿Quieres que les demos un levantón? -Pregunté, recogiendo una de mis piernas sobre la piedra en la que me senté junto al árbol.

-Nah, it's okay.

Mi madre comenzó a hacerme señas con ambas manos en alto, desde la rampa por la que llegamos a las cascadas petrificadas. No mamen, caminé un vergo solo para venir a sacarme unas fotos, salieron chingonas. Pero era la última vez que nos dejarían entrar, por un conflicto con los habitantes del pueblo que antes de que fuera un lugar turístico era más un sitio sagrado de sus ancestros, unas civilizaciones "comunes".

La gente era muy aferrada a su cultura, sobre todo después de que comenzamos a perder identidad como personas así que ni modo, qué putas puedo hacer.

-¡Ya vente, gordo! -Mi hermana se unió a mi madre. Eran la misma chiva pero revolcada.

Por mí metanse el camino por el ano, ya estoy bien cansado.

-Oye, ya me tengo que ir...

Reparé en las montañas al otro lado de las hierbas secas. Me recorrí para que mi puta familia no me viera porque les gustaba andarme chingando. UNA VEZ, solo una vez llevé a Capgras a casa para pues, ajá, mirar el netflis, y terminé con toda mi familia entrando a mi habitación para ver una película culera que claramente no íbamos a ver.

Escuela para trastornos y enfermedades. {DISPONIBLE EN FÍSICO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora