𝑉𝐸𝐼𝑁𝑇𝐸- Secretaria

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Hoy no tengo que trabajar, pero me voy a ver con Das ya hace un mes que se separó de su ex prometida y la verdad lo ha tomado muy bien más de lo que lo imaginaba, ya casi 2 meses que nos conocemos y la verdad es un muy buen amigo.

Me termine de vestir y me dirijo al café donde casi siempre nos vemos. Pude ver que ya me estaba esperando. Entre a la cafetería saludando a los camareros que ya nos conocen de tanto venir.

- Buenos días Dastan- saludé mientras me sentaba al frente de él.

- Buenos días muñeca rota- hace tiempo que me llama así y a verdad no me molesta.

- ¿Cómo está el trabajo? - siempre le pregunto esas cosas triviales y terminamos hablando de todo menos de cosas triviales.

- Bien la verdad, he estado muy ocupado, pero eso es bueno- me gusta cuando me habla de su trabajo porque se nota que le gusta lo que hace- hablando de trabajo, te gustaría ser la secretaria de mi jefe?

- Das, ¿lo dices en serio? - no podía creer lo que me estaba preguntando- Si es una broma me voy a enojar.

- No es una brama Ara, el me pidió que buscará a alguien en que se pudiera confiar y pensé en ti, creo que así tú abuela estaría más tranquila sabiendo que trabajas de día, aparte hable con el sobre el dinero que debes y me dijo que te lo podía prestar y no te quitara gran parte de tu salario por el préstamo si no un 15% - pensar en trabajar en algo más para mí era una gran oportunidad y ser la secretaria de un jefe es mucho- si no quiere- no deje a Dastan terminar la oración.

- Si, si quiero, es mucho mejor que en lo que trabaja y mi abuela estará mejor como tú lo dijiste- Dastan sonrió complacido con mi respuesta.

- Genial el lunes a primera hora es tu entrevista y tranquila que mi jefe no exige experiencia en el trabajo y ganarás lo suficiente como para comprar los medicamentos de tu abuela- que su jefe no pida experiencia para mi es una gran ayuda y ganar lo suficiente más- eres una bisexual con suéter.

- Los que nos gustan las personas de ambos sexos sufrimos mucho pero también entendemos muchas cosas- una de las camareras se acercó a pedir nuestra orden, cada quien pidió lo que quería.

- Bueno, eso es verdad- me reí de el por la cara que puso.

- Cuidado y te termina gustando un hombre Das- lo pensó un segundo, cosa que no me esperaba.

- Me ha ido mal con las mujeres, intentarlo con un hombre no es tan mala idea- me reí por como lo decía.

- Piénsalo Das, no tienes nada que perder- después de ese comentario nos trajeron nuestra orden, no hablamos por un rato, pero después de un rato Dastan me explico cómo sería lo del trabajo y de que me encargaría.

Mi Muñeca RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora