Mi Muñeca Rota

𝑂𝐶𝐻𝑂- ¿Apostamos?

- ¿Estarías conmigo sexualmente? - pregunte levantándome para buscar otro cigarro.

- Eres lindo así que si, estaría contigo, ¿tu estarías conmigo? - encendí el cigarro viéndola cabecear del sueño en la cama.

- Eres linda, claro que estaría contigo, pero no en las condiciones que me encuentro sentimentalmente ni en las condiciones que tu estas, o sea, acostada en la cama a punto de dormirte- al decir eso ella de ríe mientras pone los ojos en blanco.

- Primero te duermes tu antes que yo- me miró mientras comienza a mover una de sus piernas, a lo que yo me reí mientras negaba con la cabeza- ¿apostamos? - esa pregunta me hizo mirarla, su mirada era desafiante y se notaba que lo decía enserio.

- ¿Que voy a ganar en esa apuesta? - pregunté retador, no soy de apostar, pero esta vez me aparece entretenido.

- El ganador podrá exigir le al perdedor lo que deseé - vi como sus ojos brillaban con malicia.

- Me parece bien, entonces.... ¿Apuesta hecha? - al decir la última frase me acerque a ella extendiendo mi mano hacia ella la cuál estrecho rápidamente.

- Apuesta hecha-digo soltando mi mano.

Son las 2:30 de la madrugada, es sábado no sé qué haré cuando salga de aquí capaz vaya al apartamento de soltero que tengo cuando tengo mucho trabajo y no quiero molestar a mi " prometida". Pero ahorita no quiero pensar en eso quiero pensar en que le voy a pedir a Aranza cuando gane, porque se ve que está cansada y que no tardará mucho en quedarse dormida.

- Oye vamos al balcón otra vez- propuso levantándose y caminando dirección al balcón, pero antes de llegar a él vuelve a llenar su vaso son licor para después terminar de sentarse donde comenzamos a hablar, me termine de un solo trago lo que quedaba en mi vaso para después repetir la secuencia de acciones que hizo Aranza.

- Ya pensaste que me pedirás? - la miró tranquila negando con la cabeza ante mi pregunta.

Yo sé que la pediré es algo un copo extraño, pero espero que acepte.

-Y tú ¿ya pensaré que me pedirás si ganas? - ella no ha terminado la oración cuando yo ya estoy un suave si- dime que me pedirás, porque sé que ganaré y no se cumplirá- me reí, se ve muy confiada pero también muy cansada así que tengo oportunidad de ganar.

Ella fue la que propuso la apuesta, pero es fácil que pierda.

- Quiero que me acompañes a ver a mi mejor amigo y mi mujer en ese café donde los vi por primera vez-