47. Mamá

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Pasé casi toda la madrugada vendiendo lo que me dieron los "secuases" de Marcos en una fiesta de adolescentes, cada vez que me tocaba hacer algo así no podía evitar sentirme mal, por ello cambiaba las sustancias por cosas que no iban a dañar su organismo como si lo harían las drogas, debo admitir que era un poco chistoso verlos haciéndose los que "les pegaba" cuando simplemente se habían tragado una pastilla que podrían haber comprado en el mercado, pero me sentía bien de saber que yo no les había dado droga.

Cuando llegue a casa pude ver un auto estacionado en la calle, iba a pasar sin prestarle atención hasta que Andrea, vestida de civil salió de él, me detuve para decirle que entre al edificio y me esperé en mi piso mientras guardaba la motocicleta dentro del estacionamiento.

—Debemos formar una estrategia para sacarle la información que deseamos— comenzo a hablar la mujer cuando le pase una pequeña taza de café, su rostro dejaba ver su claro cansancio de estar aquí a altas horas de la madrugada.

—Lo sé, es alguien muy inteligente, siempre se cuida en lo que dice, como si desconfiara de todo el mundo— contesté un poco triste de saber que las cosas podían ser largas.

—Tal vez debas ganarte su confianza, escuché que estuviste todo el tiempo a la defensiva hoy, debes ser un poco más flexible— ser un poco más flexible con Marcos me hacia volver a sentir completamente desnuda y a su merced, creía que estar a la defensiva me protegía.

—No puedo hacer eso— conteste firme, recibiendo un ceño fruncido de parte de Andrea.

—Si quieres resolver este caso deberás hacerlo, sé que no estás preparada para esto, pero tienes buenas razones para hacerlo bien— trató de motivarme la agente.

—Tú lo dijiste, hay cosas para las que no estoy preparada— mis ojos comenzaban a humedecerse y mis manos comenzaron a rascar fuertemente mis brazos al punto de lastimarlos.

Andrea se paró llegando rápidamente al lado mío, sostuvo mis manos impidiendo que siguiera lastimandome.

—Pequeña— llamó mi atención, fijando sus ojos en los míos como tratando de descubrir algo—¿Hay algún detalle que no nos hayas contado?— preguntó firme, sentí mis piernas temblar al saber a lo que ella se refería con esa pregunta—¡Contesta!— elevó su voz, haciéndome salir de mi corto trance.

—Él me violó— solté en un susurro antes de sentir los fuertes brazos de Andrea rodearme, por un momento, mientras seguía en sus brazos me sentí protegida, como si fuera mamá quien me abrazaba.

Pasó un buen rato abrazandome, como si de su hija se tratara. Me abrazó como si quisiera protegerme, como si me quisiera, haciendo que mi corazón ya no estuviera tan roto. Me abrazo como si supiera lo mucho que necesitaba un abrazo, me abrazo como si nos conociéramos de toda la vida, me abrazo sintiendo lo que yo sentía a pesar de no haber vivido nada de lo que yo si había vivido. Me abrazo y por unos segundos el mundo dejo de ser tan oscuro.

Me gusta creer que Martha envió a Andrea para que me acompañe en esto tan difícil. Mamá prometió cuidarnos a todos siempre, y eso era lo que yo sentía que estaba haciendo ahora mismo.

—Tú no te preocupes—susurro Andrea cerca de mi oído— a ese mal parido lo vamos a agarrar, cueste lo que cueste.

La agente decidió quedarse conmigo esa noche, algo que le agradecería toda la vida, se me hacía muy difícil dormir por las noches cuando no tenía a Calle ni a Ramón, y aunque ninguno de ellos estuviera ahí, Andrea también era una buena compañía, quien se dejó abrazar por mi todo lo que quedaba de noche. Para mi suerte, esa noche no tuve ninguna pesadilla, pude dormir hasta tarde en la mañana y cuando desperté, Andrea estaba esperándome en la cocina con el desayuno pronto.

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