17. Procafestinar

3.4K 207 18
                                    

Habían pasado varios días desde el incidente en la noche del cine. Cuando eche a Poché del carro me dirigí a un lugar tranquilo para poder escribir mis sentimientos luego de nuestra discusión tal y como me recomendo la doctora Maslow. Escribir me había servido para calmar mi dolor y me permitió conocerme otro poquito más.

Hoy estaba sentada en la recepción del despacho de Anna esperando por mi cita con ella y deseando no cruzarme de nuevo a Poché, hace días ella me había intentado llamar pero rechace cada una de sus llamadas, aún seguía dolida por las palabras que me había dicho y ese sentimiento no parecía desaparecer, cada que recordaba cada cosa que me dijo los sentimientos volvían.

Durante estos días he estado aislada de todos, hasta de mis amigos, solo interactúe con mi familia porque vivimos bajo el mismo techo. Tener tiempo solo para mi me parecía algo muy importante, poder estar bien conmigo misma era imprescindible y estaba orgullosa de no haberme desmoronado tras el trato que Poché me había dado la última vez que nos vimos, me sentí como un juguete del que se cansaron y lo tiraron a la basura.

—Dani—. Llamó mi atención Anna—Adelante—. Luego de esas palabras me levante de la dura silla y entre después de ella al consultorio.

Luego de hablar temas triviales la doctora comenzo a encaminar la charla a lugares más profundos, era nuestra tercera cita y siempre trabajaba en creciente, comenzaba suave y luego terminaba llegando a lugares profundos.

—¿Qué te parece si me cuentas más sobre esta chica?—. Preguntó la doctora Maslow luego de contarle como había empezado mi duda sobre mi sexualidad.

—Nos conocimos hace diez años—. Cuando hice la cuenta y lo dije en voz alta no pude evitar sorprenderme de todo el tiempo que había pasado desde entonces— Tuvimos separaciones de años, por culpa de que mi madre nos cacho basándonos... las cosas nunca llegaron lejos con ella, siempre que nos acercabamos yo me volvía a ir—. Recordar eso me había puesto un poco sentimental— Y ahora que yo estoy aqui para quedarme definitivamente me invadió el miedo y lo arruine, cuando lo quise solucionar ella me rompió el corazón.

—Aquí es donde entra tú ruptura con Julián ¿cierto?—. Asentí— Bien... hay muchos puntos por los cuales comenzar a trabajar aquí, ¿te parece buena idea comenzar a hablar de tu miedo?— Suspire pesadamente antes de comenzar a hablar.

—Yo tenía solo 14 años cuando besé a esta chica, cuando mamá nos vió me trato muy mal durante años, me repetía todo el tiempo que besar a una niña siendo una estaba mal, que no era correcto, que Dios me iba a castigar—. Volví a tomar una gran bocanada de aire para retener las lágrimas— Desde ese momento me comence a reprimir con respecto a mi sexualidad, luego me reencontre con Poché y fuimos solo amigas durante meses hasta que ella decidió expresar sus verdaderos sentimientos por mi en la última noche que me quedaba en Colombia hace seis años. Seguíamos hablando con María José hasta que ella decidió alejarse porque no me quería atar más a ella. Me sentí muy mal después de eso y conocí a Julián quien me contuvo y me hizo sentir un poco mejor durante el tiempo allá, él se enamoró de mi y quise corresponderle para olvidar a Poché y para poder demostrarle a mis padres que era "normal"—. Recordar esas cosas me estaban haciendo revivir los sentimientos de cada uno de los momentos relatados. La doctora escribió un par de cosas y volvió a mirarme.

—Tu reacción es absolutamente normal, recibiste la información de que estar con alguien del mismo género esta mal muy chiquita y es fácil inculcar ese pensamiento cuando aún estas en una edad moldeable, lo diferente aqui es que tú sabías que lo que hiciste con esta niña estaba bien porque te sentiste bien ¿cierto?— Asentí— Entonces surgió el miedo a decepcionar y ser rechazada por tus padres, ya que para ti ellos siempre han sido parte importante de ti misma.

SEMPITERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora