39. Falsa alegría

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El citofono sonando fuerte a un lado de la cama me despertó sobresaltada, ese aparato tenía un sonido más molesto que el mismo despertador. Me moví en la cama mientras me quejaba buscando alguna manera de aislar el sonido con la almohada. El molesto ruido paró cuando la voz de Poché contestó. Despegue mis párpados y la vi, se notaba que había despertado hace rato, lo raro era que apenas el reloj marcaba las 7a.m., que podría estar haciendo Poché tan temprano levantada.

-¿Amor?-dije con una mueca de confusión cuando colgó la llamada.

-¿Qué sucede?-preguntó ella extrañamente de buen humor y con una sonrisa en su rostro.

-¿Por qué estás despierta tan temprano?-mientras preguntaba eso sentí el peso del cuerpo de Poché sobre el mío, una vez que estuvo encima mío comenzó a dejar besos por toda mi cara.

-Hay muchas cosas para hacer amor-su actitud tan positiva me estaba asustando.

-¿Estas bien?-busqué sus ojos para mirarla fijamente, esos ojos nunca mentían.

-Claro que estoy bien-desvió su mirada y salió de encima mío-el desayuno está listo ¿quieres que te lo traiga?-cambio radicalmente de tema.

-Descuida, comeré en la cocina-cuando comencé a desperezarme para levantarme de la cama, Poché salió de la habitación y puso música a un volumen bastante alto para la hora que era. No le di importancia, pues verla bien era lo que yo más quería.

Tomé una corta ducha, lloré un poco recordando el día de ayer, aún todo parecía tan lejano, solo deseaba poder volver un día a casa de los Garzón y encontrarme en los brazos de Martha, pero sabía que eso no volvería a pasar y eso rompía completamente mi corazón.

Comencé a escuchar fuertes ruidos en la habitación, cogi una toalla para envolverla en mi cuerpo y salí rápidamente para ver que sucedía. Poché estaba con un taladro abriendo huecos en la pared, la miré con confusión, ella aún no se percatara de mi presencia, puesto que estaba a corta distancia del taladro. Se veía muy tierna pero al mismo tiempo sexy usando unos lentes junto a un barbijo, los músculos de sus brazos estaban marcados debido al esfuerzo y sus venas también.

-¿Qué haces?-grité para poder ser escuchada, ella detuvo el taladro y se giró hacia mi.

-Estoy colgando el mapa, ¿quieres ayudarme?-acercó el aparato hacia mi mientras preguntaba.

-Debo irme a trabajar-rechacé su propuesta con mucho pesar.

-Llamaron del hospital para avisar que estaban haciendo unas remodelaciones, por lo tanto no necesitaban mucho personal, tú hoy no trabajas-sonrió mientras se bajaba de la cama para quedar a mi altura, quitó su barbijo y me besó-Hueles bien-dijo utilizando su sexy y ronca voz, pero yo no estaba de ánimos para eso, aún no entendía cómo ella podía estar en ese mood. Sonreí y comencé a vestirme.

-Espera que me visto y te ayudo.

-Está bien, hay muchas cosas por hacer-dichas esas palabras se dio vuelta para seguir con lo que estaba haciendo antes de que yo interrumpiera.

Mientras me vestía mire a Poché deseando poder entrar a su mente y ver que era lo que estaba pasando ahí dentro, no me parecía normal verla con esos ánimos, ayer habíamos enterrado a su madre, por mi poco conocimiento con estas cosas, debería estar llorando como lo ha hecho estos últimos días, de todas maneras, disfruto de su buena energía porque me la contagia a mi, pero me gustaría convencerme de que su humor era real, mientras disfrutaba de su alegría me preparaba para cuando volviera a recaer en la tristeza.

-Estoy lista jefa-dije llamando su atención-¿Qué es lo que tengo para hacer?

-Ven aquí-hice caso y tome su mano para subir arriba de la cama junto a ella-Papá una vez me explico como hacer esto-dijo mostrándome el taladro-Puse esto aquí para que el polvo cayera ahí-explico mostrándome el papel que había debajo de las marcas hechas con lápiz-luego solo pones el taladro en el punto marcado y lo enciendes-terminó su explicación con una gran sonrisa que hizo a mi corazón agitarse.

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