8.Encuentros, desencuentros y reencuentros

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Colombia,2020.

-Necesito ya terminar esta época de examenes, estoy tan estresada.


-Lo se Calle, yo estoy igual- contesto Paula al otro lado del teléfono.- Acuérdate que el sábado salimos a festejar y a distendernos de este año tan intenso y estresante.


-Dios, yo juro que amo medicina, pero sufro esta época de exámenes, siento que pierdo las pocas neuronas que me quedan- bromee y mi amiga rió por mi comentario y eso me hizo reír con ella, olvidando por unos segundos lo mucho que debía estudiar y el estrés que eso me hacía sentir.

-Acuérdate que ya vuelves a Colombia definitivamente, usalo de motivación.

-Uy si, eso es lo único que me pone de buenas, he estado de mal genio desde que arrancamos los exámenes, creo que tienés conocimiento sobre eso- dije y mi amiga respondió un "aja" mientras reía- y pensar en que ya vuelvo definitivamente a Colombia sin depender de mis padres me cambia el humor completamente.

-No te das una idea de la felicidad que tengo Calle, te echo mucho de menos... bueno, te voy dejando así te pones a estudiar y yo también, porque tengo ganas de aprobar todo, bye.

-Yo también te he extrañado demasiado... te dejó así nos ponemos a estudiar- dije colgando la llamada

Es muy emocionante saber que el otro año ya tengo un trabajo asegurado en un hospital público de la ciudad de Bogota, San Bernardo es su nombre y me pone feliz saber eso ya que voy a ser una persona totalmente independiente. Llevó la cuenta regresiva para que este momento llegara desde hace mucho tiempo.

Me encontraba sentada en el escritorio que me había sentado todos estos años a estudiar, el escritorio estaba de frente a una de las tantas ventanas de mi gran habitación, la cual daba a una vista espectacular de la costa, mi yo racional nunca se sentaría a estudiar aqui, pero amaba la vista y aunque me distrayera quería sentarme ahí a apreciarla, de alguna manera hacia que mi estres disminuyera. Es ridiculo sentarse a estudiar allí y no pasar la mitad del tiempo viendo por la ventana.

Ahora no es momento de perder tiempo mirando por una ventana por la que miraba 24/7, ahora debo concentrarme en aprenderme todo lo que este libro de más de 400 hojas dice. Realmente no se me hace difícil. Amo lo que estoy estudiando, y estoy motivada sobre lo que pasará el año que viene. Pero- siempre hay peros- estoy cansada, mi cabeza ya no puede retener más información, y de verdad necesito un descanso ya mismo. Tengo demasiadas ganas de internarme en alguna playa desierta y desconectarme del mundo, y eso era lo que iba a hacer, ya tenía mi viaje planeado, dos semanas en Bali. Debía decidir si quería ir sola o de pronto llevar a alguien, aún tenía tiempo, considerando que faltaba poco más de un mes.

Mi padre me había leído la mente (o tal vez mi cara, hasta en una pantalla, dejaba en evidencia todo el cansancio que acumulaba mi cuerpo y mi mente) el día que me dijo que me regalaría este viaje, su regalo también es motivo de que este esforzándome tanto con estos exámenes, ya que creería que nadie se quiere perder un viaje así.

Durante esta semana comence a ir a la Universidad solo a las horas que me tocaba tener exámenes, se notaba que todos los alumnos hacían lo mismo, ya que la Universidad estaba más vacía de lo usual, era una uni privada y bastante cara como para que las personas que concurrieran allí sean pocas.

En mi bolsa no podía nunca faltar un paquete de chicles, masticar mientras rendia examenes tan importantes me hacía calmarme un poco, además había leido que la mente estaba más activa cuando masticabas algo, y eso me daba más seguridad a la hora de sentarme en la clase a estar horas frente a un examen eterno.

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