Candy se sentó en la oscuridad al borde de la cama, mirando su anillo de compromiso. La luz de la luna llena brillando a través de la ventana era la única iluminación en la habitación.
Los últimos cuatro días habían sido pura felicidad. Pero cada noche Aaron estaba todavía en sus pensamientos. Pensaba que casi lo estaba traicionando, y, con un sentimiento casi de culpa puso el anillo de nuevo en su dedo.
Pensé en tus ojos cuando vi la esmeralda.
Aaron. Tan paciente. Tan amable. Sus vidas y futuro juntos tan llenos de promesas.
Cásate conmigo entonces. No te cases con él. Cásate conmigo en cambio.
Terry. El sentimiento de insoportable anhelo de estar con él. De abrazarlo y compensar todo su dolor y todos los años que habían perdido.
En esta ocasión no había un sacrificio que ella pudiera hacer para aliviar el dolor de otra persona. Estaba atormentada por pensar esto, por primera vez en su vida, ella infligiría dolor y tristeza a otra persona, sin importar qué decidiera hacer.
* * *
A la siguiente mañana, mientras se estaba aseando, Candy escuchó fuertes ruidos y conmoción en la mansión. Se vistió rápidamente y bajó al primer piso. Cassandra había regresado, y su personal completo estaba atareado entrando grandes cantidades de cosas a la mansión.
Cassandra vio a Candy en las escaleras y le mostró una gran sonrisa. "¡Candy! ¿Cómo estás esta mañana?
"Buenos días Cassandra. Estoy bien, gracias"
"¿No has desayunado aún?, Chelsea, ¿Puedes ir a la cocina y ver que puedes preparar?, dijo Cassandra y caminó hacia Candy, quien bajaba las escaleras.
"Sí, señora", dijo Chelsea y se alejó de la entrada. Mientras tanto los hombres entraban cajas y cajas de ron y licor.
"Mi esposo las envió. ¿no es maravilloso?, es demasiado de hecho, he decidido hacer una fiesta aquí esta noche"
"¡Una fiesta!", exclamó Candy. No podía imaginar la excitación que habría esa noche.
Caminaron hacia el salón y se sentaron. Cassandra le dijo, "Mi fiesta esta noche será muy divertida. ¿Estás segura de que no te quieres quedar otro día?
Candy le sonrió, miró hacia abajo y sacudió negativamente su cabeza disculpándose.
¿Hay alguien importante esperando por ti en casa?, le preguntó Cassandra.
Candy la miró con sorpresa. Cassandra le sonrió y miró rápidamente el anillo de esmeralda de Candy en su dedo índice y dirigió su mirada hacia ella rápidamente, como si estuvieran compartiendo un secreto. Candy se sintió avergonzada.
"Tengo un pequeño regalo para ti", dijo Cassandra. Caminó hacia el escritorio y sacó un pequeño estuche de regalo. Candy lo tomó y lo abrió frente a ella. Era una gargantilla con un pendiente en forma de corazón, con una pequeña pieza de pedrería azul en el centro. "Un pequeño recuerdo de Hillcrest. ¿Puedo ponértelo?"
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En mi mente, el pendiente debe tener una piedra azul en el centro. ¿Por qué azul? Porque es el color de Terry, ¡Por supuesto!
Le puso la gargantilla en el cuello antes de que Candy dijera que no.
"Podría servirte como recordatorio para que sigas a tu corazón", le dijo Cassandra.
Candy hizo una pequeña pausa y dijo suavemente, "No quiero herir a nadie".
Encendiendo un cigarrillo y tomando una gran calada desde su larga pitillera, Cassandra miró de reojo a Candy y le dijo, "De hecho, alguien saldrá herido. Es inevitable"
Una triste expresión apareció en la cara de Candy. Se sintió más perdida que nunca.
"Sigue tu corazón hacia la persona que más amas", le reiteró Cassandra.
Seguir mi corazón... Los dedos de Candy alcanzaron el pendiente que ahora estaba llevando.
"Pero cualquiera que sea la persona que tú no amas más, es un acto de amor dejarlo libre."
Candy no había pensado en esto antes. Miró a Cassandra, quien le mostró una sonrisa de entendimiento.
"La persona que no amas con todo tu corazón... y esa persona puede ser Terrence, o podría ser alguien más. Solo tú lo sabes. Pero de cualquier forma, hay alguien allí afuera que lo amará más de lo que tú lo haces."
Candy miró a Cassandra, cuyos bellos ojos violeta le parecían como un faro de esperanza en su océano de desesperación.
"Deja que él encuentre a esa persona. Déjalo libre."
