Capítulo 16. Candy visita a Terry en el Claremont Inn.

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El Claremont Inn no era muy grande, pero el interior tenía una decoración con estilo y muebles art deco que se habían vuelto popular en los años recientes. La recepción del hotel era pequeña e íntima. Estaba sonando música de un piano desde un fonógrafo. Candy esperó por Terry en la recepción, algo aprehensiva.

 "¡Candy!", Terry no pudo contener su entusiasmo al verla. Candy sonrió y asintió con la cabeza. Él sintió un gran deseo de sostenerla y abrazarla fuertemente entre sus brazos.

"¿Podríamos caminar un rato?", ella le preguntó mientras sonrió.

Era un bello y soleado día. Candy y Terry caminaron uno al lado del otro en silencio por un rato. Candy pensó cómo, alguna vez, hubo un tiempo en que era lo único que esperaba poder hacer con Terry, y hacer cosas simples con él como caminar juntos un rato.

Llegaron a una silla y Candy se sentó. Terry la siguió y se sentó a su lado.

"¿Puedo conseguir palomitas de maíz también?", le preguntó Terry sonriendo. La pregunta hizo reír a Candy, y los dos se relajaron un poco.

"Terry. Pensé mucho la noche pasada", le dijo. La cara de Terry se puso seria.

"Es realmente maravilloso verte", le dijo, y lo miró directamente a los ojos. Sus ojos se enfrentaron y no podían alejarse del otro. "Me es difícil creer que tú estás aquí. Después de que dejé Nueva York, todo fue demasiado doloroso".

"Estoy muy apenado por todo lo que tuviste que pasar Candy", le dijo Terry. "No sé cómo podré compensarte alguna vez por eso".

Se mantuvieron en silencio por un rato.

"Tú habías tomado una decisión antes de que yo fuera a Nueva York. Solo que no sabías como decírmelo", le dijo ella suavemente.

"Algunas veces lo pienso y me pregunto si tomé la decisión equivocada. Pero tengo que forzarme a no pensarlo, porque si lo hiciera me volvería loco. Bueno o malo, solo tuve que convencerme de que lo que había hecho era lo correcto, tenía que continuar."

"Sabía cuál era tu decisión, y pensé que podrías enamorarte de ella", le dijo Candy con una voz amable. "Pensé que mientras yo me fuera, todos sufriríamos un poco menos."

"Candy, yo nunca podré enamorarme de alguien más."

Cuando él dijo eso Candy escuchó de nuevo el sonido de su corazón latiendo. Un fuego lentamente se encendió detrás de esos latidos. Ella trató fuertemente de ignorarlo.

"Terry, me comprometí hace seis meses. Mi boda será el próximo mes." Candy lo dijo calmadamente, casi como un susurro. Miró hacia sus manos que estaban sobre sus piernas el anillo de esmeralda de compromiso que estaba usando. No podía atreverse a mirar la reacción de Terry.

Terry sintió que el mundo giraba detrás de él. Miró hacia otra parte.

¿Estamos destinados a separarnos siempre?

Él dejó salir una sonrisa amarga. "¿Así que tu respuesta es no?"

Lo había perdido todo. Quizás esto solo era un castigo para él, el que Candy se fuera y lo dejara atrás por alguien más. Se sintió vencido.

Pero Candy no respondió. El la miró de reojo. Ella se veía triste. Él no entendía en qué estaba pensando.

"¿Puedes decirme que no Candy?", él le susurró. Ella lo miró pero se mantuvo sin decir nada.

"Dime que quieres que me vaya, Candy", le dijo, ahora con más fuerza en su voz. Tomó la mano de Candy en la suya, "Dime que quieres que me vaya y me iré lejos y nunca te veré de nuevo", le dijo.

Candy lo miró aturdida.

Ver a Terry partir...

De repente se vio de nuevo en el carruaje corriendo hacia el puerto de Southampton.

Debo seguir a Terry. Debo alcanzarlo y decirle, "No te vayas a ninguna parte."

Los recuerdos llegaron de manera rápida.

Terry todavía sostenía la mano de Candy en la suya fuertemente. Ninguno de los dos se dio cuenta que una joven mujer los observaba mientras salía del hotel y estaba a punto de subir a un carruaje para irse. Los miró de manera intensa. La joven mujer era Cecilia, la hermana menor de Aaron. Había ido a entregar algunos vestidos a la esposa del administrador.

Terry miró el interior de los ojos de Candy, como si se diera cuenta de algo. Una astuta mirada apareció en su cara.

"No puedes", le dijo. "No puedes decirlo. No me puedes decir que me vaya."

Candy no lo negó tampoco.

"Candy", dijo Terry. Con su voz seria de nuevo. "Puede ser muy rudo de mi parte imponerme de esta forma. Pero mientras no estés casada, no me iré de aquí."

"Terry", exclamó Candy. Mostrándose preocupada. "Terry, ¿Qué quieres decir que harás?"

"Quiero que regreses a mí", le dijo. "Dijiste que tu boda será el próximo mes. Yo esperaré aquí, en esta silla cada día hasta que tú decidas quedarte conmigo o mantener tu compromiso de boda".

"Terry, tú no puedes..."

"No te preocupes. No tendré ningún problema con él", le dijo y murmuró "Quien quiera que sea", fue incapaz de decir la palabra prometido. "Sé que no tengo ningún derecho para venir por ti después de todo lo que ha pasado. Pero hasta que no te escuche decir no, no me rendiré".

Candy miró hacia abajo. No se atrevía a pensar lo que la presencia de Terry allí le generaría. Suspiró hondamente y de manera lenta retiró su mano de la de Terry. "Me tengo que ir", le dijo y se levantó de la silla.

"Ven a verme cuando puedas Candy. Ya hemos perdido mucho tiempo. ¿Podríamos tener una segunda oportunidad?"

Ella empezó a irse, pero antes de hacerlo dudó por un momento y luego se giró hacia él y le dijo, "Lo pensaré".

Luego se fue rápido. Su corazón latiendo fuertemente.

Yo nunca podré enamorarme de alguien más.

Las palabras de Terry la siguieron mientras caminaba.

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Tú olvidaste recordar

Por Irvin Berlin

En mi mente esta canción está sonando como música de fondo en la recepción del hotel mientras Candy espera a Terry.

Para escuchar esta melodía usted puede entrar aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=fs0ix3gRpdQ

La letra de la canción traducida la puede encontrar aquí: 

https://www.traduceletras.net/es/irving-berlin/remember/259879/

LA PERSONA QUE YO AMO LE PERTENECE A ALGUIEN MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora