— Lib... — mi hermano agita su mano frente a mí.

Pestañeo varias veces y me concentro en él de nuevo.

— ¡Mi grupo firmo con una discográfica!— dice con emoción.

Y no espero nada para colgarme de él en un abrazo.

Es su sueño y estoy tan feliz que creo que podría llorar.

— Por fin el mundo conocerá la asombrosa música de Dukkha.

— ¿Se cambiaron de nombre? — digo sorprendida— Dukkha... Me gusta cómo suena, aunque no tengo idea de lo que significa, me gusta

Mauro sonríe y se sienta de nuevo en el sofá junto a Jazz.

— Es una de las cuatro nobles verdades del budismo... Dukkha; el sufrimiento existe.

De nuevo siento cómo esa extraña sensación el pecho; El sufrimiento existe... Me quedo meditando unos segundos, no me gusta su significado, pero intento dejar todos mis pensamientos atrás y mostrarme feliz por lo que acaba de contarme mi hermano... Me cuenta sobre lo que tendrá que hacer él y su grupo, las presentaciones en vivo, preparar el material para su nuevo disco y lo emocionado que esta con todo esto.

Después de que ambos se van me propongo por fin a probar ese estúpido cereal que está esperándome en la cocina, entro y lo primero que veo es a cierto felino inclinado sobre mi plato de cereal...

Está bien, fue mi error dejarlo ahí, pero no sabía que a los gatos les gustaba el ce...

Claro que no les gusta el cereal, es por la leche. Floyd me ve entrar y con un maullido baja de un salto y se va.

Improviso un desayuno- almuerzo, que termina siendo un emparedado con un vaso de jugo de naranja y vuelvo a la habitación con Thiago. Esta boca abajo en la cama, por lo menos cambio de posición, cierro la puerta con cuidado y él levanta la cabeza para verme...

— Hola... — digo en voz baja. — ¿Necesitas algo...?

— ¿Algo? — su voz suena apagada — No necesito nada Lib...

Termina de decir eso y vuelve a apoyar su cabeza sobre la almohada, tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no responderle nada.

Tomo aire y me repito que es paciencia lo que necesito ahora, paciencia...

Voy hacia su escritorio, cojo su portátil junto con sus auriculares y me acomodo en la cama a su lado, escojo una película y me concentro en verla.

Aunque finja que no me doy cuenta, sé que él cada cierto tiempo levanta un poco su cabeza para ver si sigo ahí, lo miro de reojo y no digo nada. Termino de ver la película y dejo la portátil en la mesita de noche junto con los auriculares...

— Pinocho... — murmura y volteo para verlo; está apoyado sobre su brazo— ¿Puedes abrazarme?

Asiento con la cabeza y él gira para terminar de espaldas, me acerco, apoyo mi cabeza sobre su pecho y rodeo su cintura con mi brazo, no sé cuánto tiempo pasa, pero puedo sentir que su respiración se relaja, levanto un poco mi cabeza y Santiago esta con sus ojos cerrados, se quedó dormido, me acomodo de nuevo para no despertarlo...

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Paciencia de hecho era lo que más necesitaba, pensé que la peor parte serían los primeros días; cuando dejo de hablar con todos, sus horas de sueño se redujeron tanto que pasaron a ser casi inexistentes...

No sabía muy bien cómo reaccionar cuando a mitad de la noche se levantaba de la cama e iba directo al baño para vomitar, la primera vez estuve por llamar a su médico o a la enfermera, pero él me dijo que no era necesario y que lo deje solo, cosa que estaba tentada a hacer, porque no soy buena para ese tipos de cosas, ver vomitar a alguien hace que yo también termine vomitando... Pero no lo hice, no me aleje y me quede a su lado toda la noche y gran parte de la mañana...

¿Mi Problema? TúWhere stories live. Discover now