Capítulo XXXIX

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No puedo creer lo que Isabel acaba de hacer y estoy segura de que nadie aquí puede creerlo.

Mathias mira su camisa y dedica a una sonrisa a todas las personas que observan la escena, una sonrisa que dice "Todo está bien, sigan en lo suyo" aunque a todos les cuesta apartar la vista al final poco a poco lo van haciendo.

— ¡Estás loca!

— Lo siento, al parecer sí, soy una loca vulgar — contesta Isabel e intenta alejarse pero Mathias la toma del brazo.

— ¿Dónde crees que vas? Vienes conmigo...

— ¡Suéltame! — susurra Isa para no llamar la atención de nadie de nuevo, pero él no le hace caso — Suéltame o te juro que te arrepentirás...

Quedan frente a frente, ambos con miradas llenas de odio.

— Isa, acompáñame afuera— Santiago se coloca entre ambos, hace que Mathias la suelte y se la lleva con él.

Los veo alejarse y Mathias comienza a maldecir mientras observa el irreparable daño de su camisa.

— Maldita loca... Haré que la despidan.

Clavo mi mirada en él.

— ¿La despidan? — me cruzo de brazos frente a él — No sé qué está pasando por tu cabeza, pero ella no trabaja para ti ni en nada que tenga que ver con este lugar.

— Es una de las bailarinas del... — se detiene y de la nada comienza a reír, tengo que aceptar que a mí también me dan ganas de golpearlo— ¿No es una de las bailarinas?

— Claro que no es una bailarina, es mi prima... — hago el esfuerzo por contenerme.

— ¿La loca es tu prima?

— No vuelvas a llamarla loca — lo advierto.

— ¿Y cómo quieres que le diga? Me dio una bofeteada y luego vació su copa de vino en mi camisa. Eso solo lo hace alguien que tiene problemas aquí— se señala la cabeza.

— Tú la insultaste primero...

— No dije nada que no fuera cierto.

— Eres un...

No me tomo la molestia de terminar la frase, doy media vuelta y me alejo de él.

Y  parece que el hermano o medio hermano de Thiago es un completo imbécil.

Llego al jardín y lejos de todos veo a Santiago y a Isa fumando.

— ¿Estás bien? — le pregunto a mi prima.

Me paro junto a ellos y Thiago rodea mi cintura con su brazo.

— ¿Se lo preguntas a ella? ¿Viste la marca de su mano que quedo en la cara de Mathias?— dice expulsando el humo por su boca.

— No sabía que era su hermano — Isa se dirige a mí y me muerdo la lengua para decirle que no es la única, que yo tampoco lo sabía — Lo siento, pero él empezó a decir todo eso del burdel y no me di cuenta de lo que hacía hasta que vi su mejilla roja y a todos mirándonos.

— Se lo merecía, no por el hecho de ser el dueño puede...

— ¿Es el dueño de todo esto? — mi prima se pasa las manos por el rostro. — Yo no quiero quedarme aquí...

— La verdad yo tampoco — digo y me doy cuenta que un grupo de cinco personas, entre mujeres y hombres, se nos quedan viendo. — ¿Nos vamos? — le pregunto a Thiago.

Cuando estamos por irnos uno de los meseros se acerca y le dice algo a Thiago.

— Si quieren pueden esperarme dentro — me alcanza las llaves de su automóvil y se aleja, siguiendo al mesero hasta desaparecer detrás de una puerta.

¿Mi Problema? TúWhere stories live. Discover now