Capítulo XLVII

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— No, mamá. Estaré bien.

Camino por la cocina mientras hablo por el móvil.

— Lib, no me gusta que pases las fiestas lejos de casa.

— No estoy lejos, sigo en la misma ciudad y estamos solo a unos minutos de distancia— suspiro — Mamá no te preocupes...

— ¿Intentaste hablar con tu papá?

Cómo cada vez que hablamos intenta abordar el tema de papá y no puedo entender porqué a pesar de todo lo que él hizo y está haciendo, mamá intenta defenderlo.

— No, claro que no y no lo haré.

— Cariño, no sabes cómo está desde que te fuiste, se nota que de verdad está arrepentido, sin tan solo le dieras la oportunidad...

— Lo pensare... — respondo casi de memoria cómo todas las veces que intenta convencerme de que hable con él. — Mamá tengo que salir, hablamos luego ¿Si? Te quiero.

Las primeras veces que me hablo de papá, debo admitir que sí me puso mal, incluso considere la idea de hacerle caso e ir a hablar con él, pero en la lucha que hubo dentro de mí, gano el orgullo y por ahora sigue invicto... No es que no lo extrañe o que no lo quiera, solo que todo sigue demasiado fresco y aún me duele lo que pasó.

A casa regrese solo una vez más y fue para coger algunas cosas mías que ya estaba empezando a necesitar... Mamá me aseguro de que no me encontraría con papá, que él solo aparecía para dormir, tome el valor necesario para ir y lo hice con Mauro; y fue después de la cuarta vez que se olvidó traer mi portátil con él, no sé en qué planeta lejano tiene su cabeza porqué todo se le olvida (aunque si lo sé, su cabeza está en el planeta llamado Jazmín) y a pesar de que su actitud distraída me molestaba en un principio, ya me acostumbre a eso y creo que hasta lo entiendo, es la primera vez que lo veo ir tan en serio con una chica y pese a que antes no le creí que estaba enamorado, ahora no tengo dudas de que si lo está...

Vuelvo a la sala y veo de espaldas a Thiago, que está frente al árbol de navidad, tiene una estrella en la mano e intenta colocarla en la punta, me quedo observándolo en silencio mientras pelea para que la estrella se quede en su lugar.

— Una foto te duraría más — dice sin darse la vuelta — Aunque creo que ya tienes muchas mías...

Y tiene razón, desde que comencé  a quedarme en su departamento debo haberle tomado decenas de fotos y no es mi culpa, es suya por ser tan estúpidamente fotogénico.

— Solo quiero que sepas que cuando seas famosa te cobrare por todas las horas de trabajo a las que me sometiste para fotografiarme.

— ¿Te sometí? Tú te ofreciste desde un principio.

— Pinocho ¿Acabas de decir que soy un ofrecido? — deja la estrella en su lugar y se gira para verme— ¿Todo mi esfuerzo por parecer que no soy alguien fácil no sirvió...?

Esboza una media sonrisa y camina hasta donde me encuentro.

— Lo bueno es que ya no tengo que aparentar nada...

Me sujeta de las caderas para besarme delicadamente, pero el beso no dura mucho porque es interrumpido por el ruido de algo que acaba de caer al piso. Coloco mi mano entre nosotros para separarnos un poco y poder ver qué es lo que acaba de caerse, Thiago voltea y nuestras miradas van directo a la estrella que esta tirada en el piso.

— Tenemos un trabajo que terminar... —señalo el pino que tenemos en frente.

— Odio la navidad — dice mientras me separo de él para recoger la estrella.

¿Mi Problema? TúWhere stories live. Discover now