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Ruggero.

Caro y yo estábamos en el hospital, mientras veíamos a todos los doctores correr de un lado a otro desesperados, podía ver la angustia en sus caras y como cada vez iban y venían diferentes médicos en la sala de urgencia donde se encontraba Karol... mi Karol.

Me sentía igual o peor que ellos, no me sentía aquí, me sentía fuera de mi, de mi piel, de mi cuerpo.

Joder.

- Ruggero Pasquarelli?.- pregunto un oficial tapando mi vista de esa puerta que hoy se veía como la puerta al infierno.

- Si.- murmure.

- Puede acompañarnos necesitamos hacerle algunas preguntas sobre el accidente de la señorita Sevilla.- me quede helado, solo asentí y me levante.

- Tranquilo Rugge si se algo te aviso.- dijo Caro a mi lado yo solo asentí.

Llevábamos un par de horas en el hospital.

Seguí a los policías a una sala de espera totalmente vacía. Tomamos asiento y yo simplemente seguía perdido, totalmente perdido, muerto en vida, justo así me sentía.

- Bien, Ruggero puede comentarnos que hacía justo en el momento del accidente de Karol Sevilla?.- pregunto con ese tono acusador.

- Si creen que yo le cause ese accidente  a mi novia son demasiado estúpidos.- dije molesto.

- Así que usted y la señorita Sevilla mantienen una relación amorosa?.- pregunto el otro oficial.

- Si.

- De acuerdo.- ambos anotaron algunas cosas y volvieron a verme.- Que sucedió?. Puede contarnos.

El nudo en mi garganta se instalo de nuevo y cerré los ojos, las imágenes estaban en mi cabeza como pintura fresca.

Flashback.

Me levante un poco desorientado, tirado a la mitad de la cabaña, me dolía la cabeza, necesitaba un café.

Me di una ducha rápida y después entre a mi camioneta para ir a la única cafetería que tenía en la cabeza.

Toda la semana fue de mierda, primero María con sus estúpidas amenazas y esas fotos y vídeos en su poder, no había forma de salir de eso, lo sabía, después como si la vida me odiara de verdad y quisiera que fuera miserable me dio la noticia de que iba a ser hermano mayor de la peor forma.

Entré a la oficina de mi padre y su despacho estaba con la puerta entre abierta así que me dirigí hasta ella sin importarme, cuando abrí esa maldita puerta pude ver a mi padre hincado recargado sobre el vientre abultado de su mujer. Me quede helado, eso había sido todo.

- Ruggero!.- dijo asustado cuando me vio y enseguida se levanto.

Seguía parado sin decir nada, solo podía ver ese enorme vientre en donde se hallaba una vida en pleno desarrollo.

- Hijo, yo te lo quería decir pero se que no lo ibas aceptar tan fácilmente y el tiempo solo paso.- trato de excusarse intentando sonar como un buen padre, jamas lo fue.

- No querías mas hijos.- dije entre dientes recordando una pelea que tuvo alguna vez con mi madre, ella quería una hija y mi padre dijo que él jamas quiso tener hijos.- No solo eres un puto infiel, también eres un jodido mentiroso, mamá te dio todo, su amor, su vida y su cariño y la defraudaste con esta.- señale a la chica frente a mi, por que eso era, una mujer solo un par de años mayor que yo.- Ahora resulta que serás padre de nuevo?.

Apuesta. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora