5

3.3K 139 6
                                    

Ruggero.

Besaba cada parte de su cuerpo desnudo ante mi, no podía creerlo, la tenía bajo mi sintiéndola temblar por mi tacto, soltando pequeños gemidos que estoy seguro deseaba reprimir.

- Ruggero.- gimió y mi corazón me latió demasiado rápido y mi erección comenzaba a doler. Seguí besando su abdomen bajando, mis manos fueron a sus bragas para retirarlas, cuando sus manos detuvieron mi camino.

-Para!.- se sentó de golpe, estaba agitada, un poco sudada y con sus ojos oscuros y brillosos por la excitación que le había causado mis caricias y besos.

Me detuve y me aleje de su cuerpo de inmediato poniéndome de pie y respirando hondo, para calmar mi instinto y hacerla mía sin piedad.

 - Yo, yo lo siento.- titubee. Que me pasaba.

- Rugge.- susurro con ternura.- yo..yo no puedo.-su mirada se veía torturada.

Me senté junto a ella.

-Shh shh.- la tome entre mis brazos.- discúlpame nena no  quería que te sintieras presionada.

- No estoy lista Ruggero.-murmuro contra mi pecho.- no puedo, yo...

- Lo entiendo nena.- la interrumpí.-  apenas estamos empezando y yo voy muy rápido.

- No Ruggero.- ella se separo de mi, se levanto y se puso una pijama de  unicornio que la hacia verse extremadamente tierna.- esto no a empezado ni empezara.

Me quede mudo ante sus palabras, ella había sido la que me había besado, ella había empezado todo.

- De que estas hablando?.- me levante acercándome a ella, ella puso su mano en mi pecho para evitar que me acercara un poco mas.

- No lo entiendes verdad?.- dijo mirándome a los ojos.- yo no puedo darte lo que tu buscas, no puedo acostarme contigo.

Me quede callado, me comencé a sentir frustrado y enojado, esta niña estaba jugando conmigo.

- No te entiendo, tienes razón.- dije molesto aun viéndola a los ojos.- tu me besaste.- la señale.- Nos gustamos Karol, tenemos algo, no lo intentes esconder.

Comencé de nuevo acercarme a ella quitando su mano.

- Yo te gusto.- susurre cerca de su rostro.- tu me gustas.- ella se puso nerviosa haciéndola ver adorable.- no puedes negarlo, algo pasa entre nosotros.

Cuando estaba apunto de capturar sus labios que se me estaban convirtiendo en una adicción ella se aparto de golpe.

- Vete Ruggero.-  me estaba dando la espalda, pero sabía que estaba apunto de llorar su voz se empezaba a romper.- olvida todo lo que paso ayer y hoy.

- Que?!.- escupí sin poder creer en sus palabras.

- Vete.- dijo ahora sollozando.

Me acerque a ella, se que yo podía ser un cabrón pero una mujer llorando me ablandaba, pero escucharla a ella llorar fue un sentimiento que no podría descifrar en esos momentos, solo se que quería abrazarla fuertemente y quitarle todos sus miedos.

Cuando intente abrazarla ella se aparto volteando hacía mi, mostrándome sus ojos hinchados y llenos de lagrimas que intentaba controlar, su nariz roja y sus mejillas bañadas.

- No me voy acostar contigo Ruggero.- su voz era quebrada.- solo puedo ofrecerte mi amistad.

Me quede callado. La vi una vez más, asentí y salí de su habitación y su departamento.

(...)


Manejaba enojado hacía donde quizás ahorita solo podía hacerme sentir bien. Con María.

Apuesta. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora