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 Karol.

Un delicioso aroma me hizo despertarme lentamente, el cuerpo lo sentía adolorido, cansado pero al mismo tiempo relajado.

Abrí mis ojos poco a poco adaptándome a la luz del sol que entraba por mi habitación. Poco a poco me removí  entre las sabanas. 

Y entonces todas las imágenes de anoche vinieron a mi mente, Ruggero y yo.. me entregue a el.

Me levante de golpe, maldiciéndome por haberlo hecho, ya que el dolor entre mis piernas era constante.

- Ay!.- me queje. Voltee a ver a toda la habitación, el no estaba, pero los ruidos en la cocina y el delicioso olor que inundaba mi hogar me indicaban que el aun estaba aquí.

Me levante lentamente enredada entre las sabanas. Estaba completamente desnuda. Me sonroje de inmediato y una sonrisa apareció en mi rostro.

La camisa de Ruggero se encontraba tirada a lado de la cama y como un buen cliché decidí usarla para tapar mi desnudes, me puse mi bragas, recogí mi cabello en una coleta y entre al baño para hacer mis necesidades, lave mis dientes y me desmaquille por completo.

Salí del baño y fui directo a las escaleras, comencé a bajar de a poco y una hermosa voz cantando alguna canción de moda llego a mis oídos, entre a la cocina y me quede parada en el marco de la puerta observando la escena mas sexy que pude haber visto en la vida.

Ruggero en boxers, moviéndose de un lado a otro, cantando y cocinando. Sonreí, debo admitir que devore todo su cuerpo con la mirada, su cuerpo muy bien tonificado me hizo mojarme de inmediato.

- Si me sigues viendo así nunca terminare de preparar el desayuno.- dijo aun dándome la espalda, abrí mis ojos y mi boca sin entender como lo supo.

- Pero como..-mi pregunta quedo al aire cuando me interrumpió.

- Simplemente lo se.- volteo a mi con una sonrisa hermosa.- mi cuerpo reacciona cuando estas cerca.

Se acerco a mi y examinó todo mi cuerpo.- Bonita camisa.- sonrió y me envolvió entre sus brazos.

- Lo se!.- subí mis brazos hasta su cuello.- es mi favorita.- susurre y uní nuestros labios en un  beso apasionado.

Me apretó hacía el sacando un gemido de mi boca, su erección ya estaba presente y comenzó a frotarse contra mi.

- No puedo creer que me pongas tanto.- termino nuestro beso. Unió nuestras frentes y se mezclaron la miel con la esmeralda.- Como estas?.

- Algo adolorida.- sonreí.- pero bien...anoche fue.. intenso.- susurre.

- Anoche fue perfecto nena.- deposito un suave beso en mis labios y se separo.-  si no me alejo de ti, el desayuno se quemara.- señalo con su cabezo hacía donde se encontraban unos deliciosos hotcakes preparándose.

Reí a lo bajo.- Te ayudo con el jugo.- comencé a cortar las naranjas y a exprimirlas.

Puse la mesa, cubiertos, manteles, mermelada y mas.

- Listo señorrrita.- reí por su acento marcado.

- Gracias caballero.- el me guiño el ojo y yo como una nena enamorada suspiré.

Desayunamos en silencio, aventandonos miradas picaras. Terminamos de recoger todo el tiradero que Ruggero dejo en la cocina  y yo lave los platos.

- Me puedo dar una ducha en tu baño?.- pregunto abrazándome por detrás cuando terminaba de secar el ultimo plato.

- Te vas?.- gire para verlo de frente.

- Lo siento nena, tengo cosas que hacer.- asentí y me gire para terminar mi tarea.

Apuesta. [EDITANDO]Where stories live. Discover now