Capítulo 29.

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El viaje a Busan resultó ser más largo de lo usual para Namjoon debido a la urgencia que tenía de llegar y estar con Jungkook. Ni siquiera se molestó en empacar algún cambio de ropa, sólo tomó su celular, dinero y llaves. Mientras que Jin si empacó algo de ropa y artículos de aseo personal como cepillo de dientes, todo en una cómoda mochila de viaje.

Las nueve de la noche en Busan cuando llegaron a la casa de la abuela de Jungkook en ese mismo día, respiró hondo mientras tocaba la dura madera de la puerta. Los nervios revolvían su estómago a su antojo.

Seokjin estaba detrás de él, enviando un mensaje a su esposo y sobrino para avisar que llegaron con bien, y estaban por ver a Jungkook.

Ambos levantaron la mirada cuando la puerta se abrió, y una sonriente mujer mayor se asomó por ella. Los saludó con un abrazo y los dejó entrar a la sala.

¿Y Jungkook? pregunta impaciente el castaño.

Está arriba en su habitación, puedes subir y saludar, aunque estoy segura de que está durmiendo ahora responde.

¿Su equipaje está listo? ¿de los dos? la mujer le miró con duda ㅡ. Por favor, Jungkook estará feliz de que esté con nosotros por un tiempo, y creo que usted querrá estar pendiente del avance de él así que, sería un gusto que viva con nosotros.

Ay Namjoon, no quiero incomodar a nadie con mi presencia.

Kim suspiró.

Hablaremos sobre esto en un momento, ¿bien? Quiero ver a Jungkook primero le sonrió.

Seokjin comenzó a presentarse con la abuela del menor, entre risitas y bromas como es típico en él. Mientras que Namjoon subía las escaleras, las voces desaparecieron ya que su mente se concentró en Jungkook y los nervios que sentía. Limpió sus manos en su camiseta y tomó el pomo de la puerta.

Una sonrisa instantánea apareció en su rostro al abrir la puerta de la habitación, Jungkook dormía profundamente. Sus largos cabellos revueltos por toda la almohada, labios entreabiertos y soltando ruiditos tiernos; su camiseta estaba levantada y una de sus manos descansa sobre su vientre, protegiendo a su bebé.

Jeon Jungkook es su defición de adorable, tierno, hermoso y perfecto.

No quería despertarlo, prefería quedarse ahí mirándolo dormir. Aunque por la hora, seguramente se quedarían a dormir y partirían por la mañana. Se acercó y se arrodilló a su lado, mirando su rostro aún más cerca.

Deseaba besarlo y envolverlo en sus brazos. Una de sus manos cubrió la ajena, acariciando también el vientre del menor.

Oh Jungkook, lamento tanto todo lo que estoy ocasionando en tu vida... dice en voz baja ㅡ. Así no era como debían ser las cosas entre nosotros, debí cuidarte y ser un adulto responsable, debí protegerme aunque en verdad creí que no podías tener hijos, nunca lo mencionaste suspira ㅡ, aunque también fue un error de mi parte no preguntar miró su rostro y con su mano libre comenzó a hacer caricias en sus cabellos revueltos ㅡ. Quería que disfrutraras de tu adolescencia igual que los demás, igual que TaeTae, pero ahora debes de cuidar un bebé por que el estúpido e irresponsable sujeto que tienes por pareja no se detuvo a pensar en ponerse un tonto preservativo...volvió a suspirar ㅡ. Lo siento, amor...

Miró a otro lado mientras seguía revolviendo sus cabellos oscuros. En verdad se sentía culpable, todo lo que quería hacer con Jungkook y llevar una hermosa relación de pareja de manera formal y correcta, ahora sentía que no podía hacerlo.

Cuarenta y veinte | namkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora