Capítulo 18

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SARAH

Desperté y la cabeza de Maslow reposaba en mi pecho. Mi cuerpo estaba envuelto en uno de sus brazos y la sábana solamente tapaba de mi abdomen hacia abajo.

Le acaricié el cabello con mis dedos en lo que pensaba qué hacer para no levantarlo, porque sabía que Maslow tenía el sueño ligero.

Tomé mi teléfono y me puse a ver mi Facebook. Tenía tiempo que no lo checaba y comencé a ver fotos de mis familiares, memes y una que otra publicación. Mi Facebook estaba de lo más privado, al igual que mis compañeros del FBI, porque no podíamos dar mucha información de nosotros o contenido apto para una extorsión. Yo no subía fotos en realidad, solamente compartía cosas graciosas o artículos que veía por ahí. Maslow no tenía Facebook, y no me incomodaba en lo absoluto.

Pasé por una publicación y se trataba de Arianna, quien acababa de abrir un nuevo Facebook igual de privado que el de nosotros. Había subido la foto de un libro junto a un café, con una frase que decía así:

"La lectura es lo único que nos salva de lo cotidiano".

Yo le di like y le comenté:

"Concuerdo con tu pensar. Te extraño, Ari de la selva. :* "

En eso, Maslow se movió y me vio con el teléfono en la mano.

–Duérmete, duérmete. –dije intentando adormecerlo y el hombre me abrazó.

–¿Por qué no me levantaste? –dijo entre mi piel y su tacto me dio cosquillas.

–Porque se me hizo adorable verte descansar en mí. –me besó debajo de mi pecho (porque ahí tenía su cabeza) y me volvió a dar cosquillas.

–Buenos días amor. –sonreí como estúpida cuando me dijo eso.

–Buenos días, Joe.

Maslow se levantó de la cama y se encaminó hacia el baño. Yo le vi el trasero desnudo hasta que se metió y sonreí.

Parecía que viviésemos juntos, y pensaba que eso sería estupendo. Sería increíble vivir junto a Maslow, porque así no lo extrañaría todo el tiempo.

Me estaba acostumbrando a su presencia en mi casa, que hasta sentía vacío todo cuando él no estaba por aquí. Lo comprobé los dos días que estuvimos peleados. Jamás me sentí tan sola aquí, y ahora no sabía si era demasiado pronto hablar sobre ese tipo de planes porque de noviazgo no teníamos ni siquiera un mes.

Maslow salió del baño y ahora lo vi de frente.

–Hoy me ganó al despertar. –dijo mientras miraba su masculinidad y yo me reí al ver que lo que decía era verdad.

–Supongo que es un buen comienzo del día. – Me tapé hasta el cuello con la sábana y Maslow caminó hacia a mí.

–¿Por qué te tapas? No hay frío.

–Yo tengo un poco.

–¿Quieres que te lo quite? – Se metió en la cama y me tomó con sus manos.

–No sería mala idea, pero son las 6:30, y no sé qué tiempo nos quede porque tienes que ir por tu ropa para ir a trabajar. – Maslow me empezó a besar la cara, dejándome pequeños besos en diferentes partes. –Pero tú dime. Lo que quieras está bien.

–¿No estás adolorida? –Me besó ahora la comisura de los labios y bajó a mi pecho.

–Me duelen los músculos, y te sonará chistoso, pero me duele un poco el trasero. –Yo me reí al recordar todo lo que habíamos hecho en la noche.

Mi ProtegidaWhere stories live. Discover now