Capítulo 49

1.1K 93 55
                                    

Mi mente era un mar de pensamientos al llegar al Cementerio de Arlington, porque no sabía la razón por la que Paul había escogido específicamente este sitio.

El día de por sí ya estaba nublado, pero ahora con el toque fúnebre del escenario hasta me sentía como en una película. Por suerte llevé mi café, y en el momento en el que le di el primer sorbo, el auto de Paul se estaba estacionando.

Me acerqué para saludarlo y después de estrecharnos las manos, cerramos el saludo con un abrazo amistoso como si no nos viéramos desde hacía varios meses.

–Hola, ¿cómo le hiciste para salir del trabajo? –lo saludé y al mismo tiempo entablé la conversación partiendo desde la curiosidad.

–Pues le dije a Zack que vendría nada más. – en ese momento fruncí mis cejas y él siguió explicando al notar que me dejaba otra duda. – Bueno, es que Fran salió con Sarah, y solamente nos habíamos quedado los dos.

–¿Y eso? – me metí una mano al pantalón y como Paul comenzaba a caminar, lo seguí a su ritmo.

–El caso nuevo. – soltó el aire como si se acordara de algo tedioso. – Nada para preocuparse. – intentó convencerse más a él que a mí.

¿Por qué me dijo eso? La verdad no venía al caso, y ahora mi mente ya estaba maquinando un sinfín de historias policiacas.

–Entonces... Fran no sabe que estás aquí. – él negó con su cabeza y yo asentí con la mía. – Debo suponer que este lugar tiene algo sofisticado.

–Aquí nadie nos oirá. –me respondió.

–Bien, entonces hablemos, porque llevo bastante rato con la preocupación en los hombros. – dije.

Comenzamos a adentrarnos al cementerio, y casi como de película, el viento se hizo bastante frío, pero no era impedimento para charlar. De hecho, había cierto suspenso en la escena, lo cual me hizo sentir satisfacción por vivir en un lugar con un clima como este.

–Maslow, cuando en la llamada me dijiste que habías soñado eso, pude comprobar que te encuentras angustiado, y esa angustia hasta te persigue en sueños. – dijo Paul mirando al suelo conforme avanzaban nuestros pasos.

–Es la primera vez que sueño algo así, y aunque parezca ilógico, siento que de alguna forma he estado teniendo pensamientos negativos hacia Leonard desde que despidió a Sarah... y también por tu despido. – agregué. – Porque por más que quiero buscarle lógica a sus acciones y tratar de justificarlo aceptando esas vagas justificaciones...– me interrumpió.

–Al final nada tiene sentido, entiendo. – apretó una sonrisa y me miró. – Mas, no eres el único que ha tenido pensamientos así. Yo los he tenido, y estoy como tú, y aunque esto suene horrible– levantó su dedo índice de la mano–, creo que entiendo– hizo unas comillas– el que haya decidido despedir a Sarah, por lo de la seguridad y todo eso que dice. – soltó el aire. – Pero que me bote también a mí, y que también acorralara a Zack con la misma excusa de que por su propia seguridad y todo eso...– volvió a soltar el aire. – Nos dijo lo mismo a nosotros tres, y pues bueno, tal vez y esas sean sus razones, o tal vez no.

Paul se detuvo justo frente a una lápida y de repente una oleada de luto le golpeó el rostro. Su rostro cargado de tristeza hizo que el mío percibiera una oleada de confusión, por lo que mi vista quiso encontrar una respuesta.

Frente a nosotros no estaba cualquier lápida.

LIU YEN

Apenas leí las letras y sentí un golpe en el pecho, seguido por un escalofrío que me ocasionó un cosquilleo en los párpados.

Mi ProtegidaWhere stories live. Discover now