Capítulo 3

1.4K 81 6
                                    

Terminé el informe y luego Evant se los llevó al jefe, para después revisarlos y dar el reporte al presidente.

Acaba de iniciar marzo y con ello el equipo de trabajo regresaba a la normalidad, pues Jerry, Josh e incluso Zack estaban heridos y apenas comenzaban a laborar, claro, excepto Zack.

Me preguntaba si él estaba bien y qué estaría haciendo ahora. Esperaba que se recuperara de su pierna lo más pronto posible y que su vida pudiera ser tranquila porque había sufrido mucho.

Por otro lado, sentía la ausencia de Arianna y me llenaba de tristeza el no verla tan seguido porque llegué a acostumbrarme a su presencia, aunque lo que más hacía era llorar y culparse de algo que lamentablemente la hería día y noche. Arianna me caía muy bien y sabía que era una gran persona de un corazón superior al de todos nosotros aquí. Era por eso que Evant estaba enloquecido por ella y yo estaba feliz por verlos juntos, porque a pesar de todas las circunstancias que pasamos aquí, ellos salieron adelante y su noviazgo continuaba a pesar de la distancia, pero Evant seguía en contacto con ella y todas las noches al salir de esta oficina, tenían su videollamada, y esto lo sabía porque Ev nos lo había comentado.

Mi primo esperaba con ansias el fin de semana porque iba a verla a San Francisco, y eso que quedaba a cinco horas de aquí, y la verdad eran un gran ejemplo de pareja.

–Sarah, ¿ya te vas? –me preguntó Ev.

–¿Por qué? –miré al reloj y eran las 8 de la noche. –Oye, últimamente he estado distraída. –me levanté de la silla y apagué la computadora.

–Eso veo, ¿te preocupa algo?

–No. – me limité a decir.

–¿Segura? Puedes hablar conmigo si quieres.

–Te lo agradezco mucho Ev. Pero por ahora estoy bien. Vámonos.

Al salir del edificio, yo hasta comencé a caminar lento para ver si me encontraba a Mas por ahí, pero no lo vi.

–¿Quieres que te lleve a tu casa? –me preguntó Evant y yo resignada dije que sí.

–Claro, si no es mucha molestia.

–¿O te va a llevar Maslow?

–Pues no quedamos en nada. Llévame tú si quieres.

–Está bien, sube. – nos subimos a su auto y nos fuimos de ahí.

–Sabes, tengo dinero ahora y creo que es prudente comprarme un coche. –dije en el camino y Ev sonrió.

–¿De verdad?

–Claro, ya me cansé de viajar dependiendo de las personas.

–Oye, pero tú tenías un carro, ¿qué se hizo?

–Lo vendí porque según iba a comprarme otro, pero luego se intensificó el caso de los Foster y comencé a vivir en las casas de seguridad. Por eso ya no hice nada.

–Ah, entonces es por eso.

–Sí.

–Cuánto ha pasado y la mayoría está casi ileso. Estamos vivos de puro milagro.

–Pareciera una novela todo esto.

–Y todavía que le quité una bomba a Arianna. Ese acontecimiento fue lo más fuerte de mi vida.

–Ni me lo recuerdes que se me revuelve el estómago nada más de recordarlo. No me imagino la presión tan horrenda que tuviste ahí.

–Sentí que la vida se me iba.

Mi ProtegidaWhere stories live. Discover now