Capítulo 56*

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EVANT

1 semana completa.

Había pasado exactamente una semana entera desde que me traje a Sarah a vivir conmigo. Hacía una semana de que ella no había sonreído ni porque le pagara por ello si se me ocurriera hacerlo. Una semana había transcurrido desde que me peleé con Maslow y decidí no hablar con él hasta que se le pasara el delirio.

Hicimos un acuerdo entre Josh, Connor, Jerry, Arnold y yo. Acordamos en vigilar la casa de Maslow en lo que pudiéramos, y gracias a ello es que pude escuchar la pelea.

El caso de Oklahoma había sido resuelto en los días de recuperación de Maslow, y los culpables del tiroteo en el restaurante quedaron bajo arresto. Por ese lado estaba satisfecho, pero lo que le habían hecho a mi amigo no tenía perdón, y aunque no justificaba el temperamento de Maslow a raíz de eso, sí podía entenderlo.

Yo no me imaginaba si quiera la idea de sentir todo el dolor por el que tuvo que pasar tanto físico como mental, y encima que la consecuencia de ello estuviese presente como una tortura interminable.

Pobre Maslow. Yo sabía que estaba tratando de alejar a Sarah de sí mismo, porque lo conocía de años a tal grado de leer entre líneas en cuanto a sus acciones y palabras. Pero lo que jamás se me iba a quitar en cuanto al coraje, era que estaba dispuesto a acabar con su propia imagen para que Sarah lo odiara y fuera efectivo el distanciamiento.

Verla tan indefensa, en estado de depresión máxima, tirada en el suelo, desesperada, aferrada al concreto... con tan solo recordarlo se me revolvía el estómago. Ella no merecía haber pasado por esa escena tan triste.

Sarah más que nadie merecía ser feliz. Siempre se preocupaba por todos y se encargaba de vivir todas las vidas menos la suya, poniendo en primer lugar la felicidad ajena antes que la suya.

Me atreví a llamarle por teléfono a mi tía, a la mamá de Sarah, y le conté la situación sin darle los detalles más feos de la historia. Mi tía tuvo la idea de llevarse a Sarah a su casa con la excusa de que mi tío estaba lesionado de la rodilla, la cual era verdadera y la aprovechó para convencerla.

Yo en persona la llevé a la casa de mis tíos y de paso me quedé unas horas del domingo, para después manejar y regresar a la casa porque al día siguiente yo tenía que trabajar.

Había también una razón más importante que las otras por la que decidí que Sarah estuviera conmigo en estos días y no sola, y era porque creía con firmeza que Maslow la iría a buscar a su casa en cuanto se diera cuenta de todo el daño que le había provocado junto con el daño propio.

El dejarla con sus papás había sido una buena idea, porque con ello no estaría tan sola y el escenario de su vida sería un poco más distinto, pues a pesar de habérmela llevado, yo trabajaba todo el día y nada más podía estar con ella en la noche hasta horas de la madrugada para cerciorarme de que al menos conmigo se sintiera acompañada.

–Yo no sé quién está más ido. – me dijo mi tía en cuanto me vio perdido en el limbo. – Si tú o Sarah.

En ese momento, escuché una carcajada que me llenó de tanta alegría que hasta ignoré a mi tía por un momento.

–Sarah se está riendo. – dije emocionado.

–Sabía que lo haría. – dijo ella. – Su papá es el único que la hace reír a carcajadas y funcionó.

Una parte de mi alma regresó al cuerpo en cuanto me dijo aquello, y regresé al hilo de la conversación.

–Si me encuentras pensativo es por ella. Y porque me peleé con mi mejor amigo, que, por si fuera poco, es ahora el ex novio de tu hija. – le bebí un poco a la malteada que me había preparado.

Mi ProtegidaWhere stories live. Discover now