EL AMOR ES CIEGO... AL IGUAL QUE ÉL...

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De pronto me di cuenta que su mano izquierda sostenía su abdomen del lado derecho, mi ansiedad subió.

- No se preocupe, lo llevare a un hospital – dije y sin perder tiempo, me aleje con aquel tipo como podía.

Camine algunas cuadras con el tipo a cuestas, hasta que de pronto se desplomo. Tenía la esperanza de encontrar un taxi, pero a esas horas las calles estaban casi desiertas a pesar de ser aun temprano.

- ¡Diablos! ¡Amigo resiste! – Dije mientras trataba de voltearlo y mantenerlo con vida.

No sabía yo nada de eso, ni siquiera de primeros auxilios, pero trataba de darme una idea. Trate de quitarle su chamarra para tratar de parar el sangrado, dándome cuenta que tenía herida bastante profunda, como si alguien se hubiera ensañado en tratar de matarlo. Con rapidez deje de perder tiempo, y llame a una ambulancia.

- Vamos... Vamos... - decía mientras con mis manos temblorosas sostenía el celular, y trataba de parar la hemorragia llenándome de sangre. - ¡¿Hola?! ¡Pueden traer una ambulancia! ¡Rápido!... Si... Si... En la avenida principal, entre las calles 13 y Boulevard .... ¡Dense prisa! ... - Dije rápidamente. - ¡Amigo resiste vamos!

Comenzaba a asustarme, pero debía mantener la calma, y trataba de ejercer presión para que no perdiera más sangre, mientras esperaba a que llegara la ambulancia. El tiempo se me hacía eterno, y me acercaba a su cara para asegurarme que aun respiraba. Estando sola en la noche con un extraño a punto de morir, me daba miedo, comencé voltear a todos lados.

Algo me decía que desde las esquinas oscuras algo me observaba, de pronto el sonido y las luces de una sirena hicieron presencia rompiendo el silencio de la noche. La ambulancia había llegado. Agite mis manos, mientras gritaba que se apresuraran. Los paramédicos, se apresuraron actuar en cuanto se detuvieron.

- ¡Rápido una camilla!

- ¿Qué sucedió? – Me pregunto uno de ellos mientras ayudaban a aquel tipo.

- Yo... No lo sé... Solo ayúdelo – Decía con falta de aliento.

- ¿Lo conoce? - Solo asentí. – Venga con nosotros.

Me subí a la ambulancia. Mientras partíamos a gran velocidad, para llegar al hospital. Sin saber que el haber salvado su vida a aquel muchacho, iba a convertir la vida de alguien más en este infierno...

Desde que había llegado al hospital, me di cuenta de que aquel tipo era hermano de quien fuera mi mejor amigo y tal vez futuro amante; mientras esperaba por noticias, la policía no tardó mucho en llegar a interrogarme.

Al parecer se trataba de un intento de homicidio, del cual aquel tipo había logrado salvarse gracias a mi intervención. Los policías después de interrogarme y confirmar que yo no era sospechosa, me habían contado la historia de que varias personas habían sido encontradas en callejones o lugares solitarios, sin vida, pero había un gran detalle, al parecer a todos les faltaba un riñón.

La mayoría de los cadáveres, habían presentado muestras de lucha y defensa, pero, aun así, el asesino debía ser más fuerte. Me preguntaron si había visto algo esa noche, pero ante la negativa en mi testimonio solo pudieron decirme que tuviera cuidado.

- Por favor señorita necesitamos cualquier detalle que pueda darnos, si recuerda algo más llámenos a este número.

- Si eso haré gracias oficial.

En ese preciso momento el doctor salió a dar informes sobre su estado.

- Familiares del joven Ferreira.

- Soy yo, - dije mientras avanzaba junto con los oficiales detrás de mí. - ¿Cómo está?

- Él se encuentra estable, logramos parar el sangrado, - dijo mientras yo respiraba de alivio. – Lo único que me pareció extraño fue que le faltase su riñón izquierdo, pero la operación salió todo un éxito.

YANDERE BOY'SWhere stories live. Discover now