Guardaespaldas (Kagehina)

Capítulo 7

—Escucha Shoyo—Comenzó Kenjiro llamando la atención de Shoyo quien les dirigió una mirada llena de confusión, el padre de Shoyo tomó la mano de su esposa en señal de apoyo—Hay algo que los tres tenemos que decirte.

—¿Los tres? —dijo confundido dirigiendo una mirada a Kageyama, este le sostuvo la mirada y asintió a la pregunta de Shoyo.

—¿Recuerdas que solicitamos ayuda? —dijo Kenjiro acabando con la poca paciencia de Shoyo, quería saber qué estaba pasando...pero algo dentro de él le decía que Kageyama podría ser esa ayuda de la que habla su padre—Pues...hoy recibimos la llamada y...Kageyama será tu nuevo guardaespaldas.

Todos estaban en silencio, Kageyama y los padres de Shoyo esperaban una reacción por parte del más bajo, pero no hacía nada más que mirar con la boca abierta a Kageyama, cuando Shoyo estaba dispuesto a hablar, Kageyama escuchó los pasos de varias personas cerca de la puerta, por lo que le indicó por medio de ademanes a todos que guardaran silencio, estos obedecieron sin rechistar y Kageyama sacó el cuchillo de su funda que se encontraba en su bota.

Se acercó poco a poco a Shoyo y a sus padres, quienes empezaban a temblar ligeramente, el miedo invadía a cada uno de los presentes en la mesa, les indicó mediante señas que se dirigieran a una de las habitaciones y cuando comenzaron a levantarse de sus asientos, la puerta se abrió de un solo golpe dejando entrar a diez personas, Shoyo y sus padres corrieron al lugar a donde Kageyama les había indicado y cerraron la puerta tras de sí.

Kageyama se lanzó con el cuchillo en mano a las dos primeras personas, no fue difícil matarlos, los apuñaló en el corazón y se abalanzó sobre los demás, mientras luchaba contra tres personas al mismo tiempo pudo observar cómo algunos de los hombres se dirigían a la habitación en donde se encontraba la familia resguardada.

Hizo que uno de los hombres que se encontraba frente a él apuñalara al que estaba a su lado y luego al restante lo hirió en el estómago. Se dirigió a toda prisa hacia los hombres que se acercaban a la puerta y se colocó frente a esta con la respiración agitada.

—Si lo quieres tendrás que matarme primero—dijo escupiendo las palabras hacia el que parecía ser el líder, todos estaban cubiertos con pañuelos, el jefe se quitó el suyo mostrando una sonrisa burlona y habló con su voz ronca.

—El chico será nuestro— al terminar de decir esa oración Kageyama se abalanzó sobre el jefe, pero uno de sus hombres se interpuso entre él y el cuchillo atravesándolo por la cabeza, cayó al suelo cuando Kageyama retiró el cuchillo—a él.

Y con esas palabras otro de los hombres se arrojó contra Kageyama con un cuchillo en mano. Kageyama pudo  frenar el ataque y golpeó a su oponente en el estómago con su mano libre, lo que lo desequilibró un poco, cuando estaba a punto de apuñalarlo, su adversario tomó su muñeca advirtiendo lo que estaba por hacer y tiró de ella hasta que soltó el cuchillo, haciendo que Kageyama soltara un quejido de dolor, golpeó a su oponente en la nariz con la mano disponible, haciendo que el otro retrocediera con la nariz sangrando y antes que pudiese dar el golpe para acabarlo alguien lo golpeó por atrás en su rodilla haciendo que cayera hincado, Kageyama dio media vuelta y se enfrentó frente a frente, lo derribó con una patada a los pies y luego lo tomó por el brazo aplicando una llave, se escuchó el crujido y el grito de dolor para que después Kageyama le rompiera el cuello.

Solamente faltaban dos hombres, el jefe y el de la nariz sangrando, el hombre de la nariz se abalanzó sobre él dándole tiempo al jefe para llegar a la puerta y abrirla, Kageyama cayó con el hombre sobre él derribando la mesa del comedor con todas las cosas que había sobre esta, el más alto estaba desarmado mientras que el hombre sobre él tenía un cuchillo.