Capítulo 31

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Kageyama despertó tres días después con un dolor que era indescriptible y se extendía por todo su cuerpo.

—Tobio—dijo una voz a si lado, el dolor era tan intenso que incluso al intentar girar su cuello en la dirección a esa voz dolió como el mismo infierno.—No te esfuerces, aún estás débil.

—¿Qué pasó?—dijo con una voz ronca, su garganta se sintió rasposa por no haberla usado en varios días.

—Ganaste el enfrentamiento—dijo Takeda soltando un suspiro, viendo a ese niño de tan corta edad en una camilla en ese estado era lamentable.

—Bien—después de decir esas palabras cayó dormido una vez más, se sentía demasiado cansado como para seguir hablando.

Casi un mes después logró salir de aquel horrible lugar, no le gustaba estar en lugares como ese, en donde todo olía a desinfectante y lo único que veía era a personas preguntándole qué tal estaba. Eso lo tenía cansado.

Al parecer Ruki había solicitado su presencia en la oficina, mentiría si dijera que no estaba asustado, pero afortunadamente lograba disimularlo muy bien.

—Eres un niño muy prometedor—dijo mientras apoyaba sus codos en el escritorio para poder ver mejor a Kageyama sentado frente a él—por eso he decidido darte tu primera misión. Tendrás que matar a este sujeto.

Le tendió un documento lleno de papeles y dentro de este había una fotografía de un hombre de al menos 45 años de edad. Cuando levantó la mirada de los papeles miró a los ojos a Ruki y con su rostro más serio que de costumbre dijo fuerte y claro:

—Si señor—Ruki le dio toda la información que debía saber, le dijo que iría acompañado para poder observar su desempeño, así podrían determinar si podría hacerlo sin observación.

Salió de la habitación con el archivo entre sus manos. Llegó a su habitación y comenzó a colocarse el uniforme que le habían dado hace unos cuantos días, mientras estaba recuperándose.

Una vez estuvo listo salió de la habitación directo al estacionamiento. Apoyada en una camioneta había una mujer de cabello rubio que fumaba un cigarrillo, esta se dió la vuelta y observó cómo el niño se dirigía hasta su posición.

—Buenas noches Kageyama Tobio, hace mucho no te veía—dijo la mujer cuando Kageyama se detuvo a su lado, él simplemente asintió con su rostro totalmente serio—Bueno tal vez no me recuerdes, pero... tu puedes llamarme Akiyama.

Kageyama simplemente la miró y comenzó a caminar al auto sin decir palabra alguna. Akiyama lo miró un poco impresionada, pero no podía culpar al pobre chico, todo su mundo se había vuelto de cabeza de un momento a otro.

Ambos subieron al auto y se fueron de allí.

Después de unas horas manejando llegaron a un lugar lleno de edificios muy altos y costosos. Akiyama estacionó el auto en un callejón y ambos bajaron del auto.

—Bien hay que subir—dijo Akiyama.

Kageyama sin pronunciar palabra alguna comenzó a idear un plan en su cabeza. Unos momentos más tarde se encontraban en la azotea de unos de esos edificios con una Akiyama completamente impresionada por el plan que ese pequeño niño había maquinado en su mente en tan poco tiempo.

Kageyama comenzó a cargar el arma que traía Akiyama que era un AS50 del Reino Unido, una de las mejores armas para un francotirador.

Desde su posición fijó la vista en uno de los últimos apartamentos de un enorme y costoso edificio. Logró ver a su objetivo de forma clara sentado en un sofá con una mujer en su regazo.

Guardaespaldas (Kagehina)Where stories live. Discover now