Capítulo 27

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Hoy por ser el cumpleaños de nuestro rayo de sol, de nuestra naranja humana y la razón de nuestra sonrisa y cariño... publicaré este capítulo.
Porque amamos a este hermoso rayo de sol.

———————————————Hinata se encontraba en su apartamento aún estaba en pijama y en su cama

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———————————————Hinata se encontraba en su apartamento aún estaba en pijama y en su cama.

¿Cómo demonios llegué aquí?

No tenía una explicación lógica, estaba seguro que se había dormido en la habitación de Kageyama después de... después de que le diera el beso en la mejilla. Su rostro se tornó de un intenso color rojo, su corazón quería salir de boca.

Idiota, idiota, idiota.

Pero realmente no se arrepentía de haberlo hecho, se sintió muy bien, aunque no estaba seguro de que el azabache pensara lo mismo y eso le aterraba.

Salió de su cama y se dirigió hasta la cocina, donde estaban sus padres en el comedor. Lo saludaron con una sonrisa y lo abrazaron como si no se hubieran visto en mucho tiempo, algo que extrañó mucho a Hinata.

—Cariño... espero que te mantengas a salvo— dijo su madre cuando se separaron, ella lo miraba de manera extraña, sus ojos estaban más opacos que la última vez que la vió al igual que con su padre.

—¿De qué... de qué estás hablando?— dijo Shoyo separándose de sus padres abruptamente, estaba asustado, su pulso se aceleró y comenzó a hiperventilar.

—¿No lo recuerdas?—dijo su madre en un tono lastimero.

—Nos iremos a Tokio y... ya no estaremos contigo— dijo su padre, de la nada ambos tenían entre sus manos un par de maletas que no había notado antes.

—Adiós Shoyo, que tengas una linda vida— dijo su madre, en ese momento ambos comenzaron a caminar hasta la puerta y por más que Hinata intentara gritar o moverse no podía, era como si su boca y sus pies estuvieran pegadas.

Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y cuando sus padres cruzaron esa puerta escuchó un par de disparos. Lo último que vio fue a sus padres en el suelo con un charco de sangre alrededor, ese mismo hombre le apuntaba a él con un arma. Disparó.

Gritó lo más fuerte que pudo, sus cuerdas vocales se desgarraron, su corazón estaba acelerado, las lágrimas corrían por sus mejillas, su respiración era irregular y su cuerpo estaba cubierto en sudor.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a alguien con un arma en mano, lo que hizo que Hinata gritara de nuevo y se cubriera los oídos, cerró sus ojos para no ver a esa persona.

Sintió las manos de alguien tomar sus hombros y a alguien llamándolo, pero el miedo cegaba sus sentidos, comenzó a patalear y le dió un golpe a quien estaba intentando agarrarlo, escuchó un quejido pero no se detuvo.

—Hinata, calmate, solo soy yo... Kageyama— dijo este en un tono bajo intentando calmar al más bajo, el pelinaranja abrió poco a poco sus ojos encontrándose con la figura de kageyama tomando sus muñecas evitando que siguiera lanzando golpes.

Guardaespaldas (Kagehina)Where stories live. Discover now