Capítulo 9

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Cuando iban por la mitad del camino Kageyama comenzó a sentir una ligera molestia al respirar, sentía una presión sobre su costado y aunque intentó no hacer notoria su incomodidad Hinata no pasó por alto cuando el más alto llevó su mano al costado herido.

—Oye... ¿Estás bien? — Kageyama volvió su vista hasta el más bajo, quien lo miraba preocupado.

—Si, solo debo descansar un poco—dijo sentándose en uno de los bancos que había al lado del camino, soltó un suspiro cansado mientras dirigía una de sus manos a su costado. Dolía, no mentiría, pero parar unos cuantos minutos seguramente le harían bien—¿Cuánto falta para llegar?

—No falta mucho, algunas calles más—dijo sentándose a su lado, Hinata se sentía un poco culpable por el estado del más alto, no podía dejar de pensar en la paliza que había recibido, aunque a juzgar por todas las cicatrices que tenía a lo largo de su cuerpo estaba seguro de que había estado en situaciones peores.

Mientras Kageyama recuperaba el aliento Hinata pensaba en lo hermoso que estaba el clima, los cerezos comenzaban a florecer dándole vida a las calles, la brisa fresca llenaba sus pulmones dándole una sensación de paz. El más alto dirigió la mirada hacia la persona a su lado, le vio relajado y eso lo calmó un poco. Sentía la presión de alguien que los seguía, aunque no había visto a nadie actuar de forma sospechosa o a una persona detrás de ellos, ver lo calmado que estaba Hinata hizo que se relajara un poco.

Una vez hubo recuperado el aliento, sintiendo como la presión en su costado había desaparecido casi por completo siguieron su camino a la preparatoria, y la sensación de alguien siguiendo sus pasos volvió a inundarlo, de vez en cuando volvía la mirada hacia atrás para intentar ver algo fuera de lo normal, pero no había nada.

Hinata podía sentir la tensión que le transmitía el más alto, volviendo la mirada de vez en cuando, al verlo hacer eso Hinata se ponía más nervioso, intentó sacar algún tema de conversación, pero ninguno de los que pasaban por su mente le parecían adecuados para hablar con él, no quería incomodarlo.

—¿Alguna vez has ido a otro país por una misión? — dijo asegurándose de que nadie a su alrededor les prestara atención, miró atentamente al más alto quien pareció sorprendido por la pregunta del más bajo.

—Si, una vez fui a América—dijo regresando la vista hacia el frente, aunque dirigía miradas por el rabillo del ojo al más pequeño para poder observar su reacción.

—Increíble ¿A qué lugar fuiste? —dijo con los ojos iluminados por la emoción y sorpresa, él jamás había ido a algún lugar fuera de Japón.

—Fui a un país muy pequeño en Centroamérica, lo llaman El Pulgarcito de América, aunque se llama El Salvador—dijo Kageyama arrugando el rostro tratando de recordar la experiencia de los pocos días que había estado en ese lugar que desconocía por completo.

—¿Cómo era? —pregunto apenas terminó de hablar el más alto.

—Era un lugar muy...pintoresco, aunque no entendía muy bien a las personas—dijo recordando cómo las personas se sorprendían de verlo, siempre que pasaba por algún lugar los niños pequeños comenzaban a susurrar a sus espaldas y lo llamaban "chino" en su lengua materna.

—¿Qué idioma hablan? ¿Sabes hablarlo? —preguntó de nuevo sin     que el brillo en sus ojos desapareciera.

—Hablan español, y solo un poco, aún debo aprender mucho sobre su idioma, es muy complicado—dijo arrugando la nariz, para él el idioma más difícil era el español, era muy complejo.

—Eso es genial ¿Puedes decir algo? — dijo juntado las manos rogando al más alto para que dijera algo en ese idioma que nunca había escuchado, Kageyama se detuvo un momento pensado en que decirle, además que la mirada de Hinata hacia que este se viera muy adorable y por alguna razón no quería que dejara de verlo de esa manera, rogándole.

Guardaespaldas (Kagehina)Where stories live. Discover now