Capítulo 62. "Confesiones entre hermanas"

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CAPÍTULO 62

El fin de semana aún no acababa. Marizza y Mía tomaron un remis que las llevaría a casa. Sonia y Franco se habían empeñado en pasar el fin de semana juntos. Según ellos, la rutina diaria les quitaba tiempo para estar en familia y, últimamente, las chicas aprovechaban el fin de semana y apenas estaban en casa.

- Luji, ¿te dijeron las chicas cuando iban a llegar? – preguntó Sonia ansiosa. Estaban en el jardín de casa. Franco había decidido hacer un asado para toda la familia.

- Tienen que estar al llegar – dijo a la vez que ayudaba a Franco a desembalar toda la carne.

El timbre de la casa sonó y, al cabo de unos minutos, aparecieron en el jardín Mia y Marizza.

- Mis cielas – exclamó Sonia abrazándolas a cada una. – Pero que bellas están chicas.

- Si mamá – rodó los ojos Marizza ante la actitud de su madre. – Vaya, la mentirosa apareció – puso sus manos en jarra al ver la presencia de Luján.

- Marizza...  – le advirtió Franco.

- Es que no soporto las mentiras, me dan asco... - entrecerró los ojos enojada. – Me voy de acá, no soporto tanta toxicidad. – se marchó.

- Esta chica está chapita – dijo Mía negando con la cabeza ante la actitud de la colorada.

- ¿Qué pasó Luji? – le preguntó Sonia.

Lujan observó a Marizza marchar. Sabía que iba a ser difícil ocultarle a su amiga que ella intentaba averiguar lo que le ocurría, pero tenía que admitir que le dolía que la tratase así.

Metió sus manos en los bolsillos de su jean y tocó algo en uno de ellos. Era el anillo de Marcos, no recordaba que lo había guardado allá. Sin previo aviso, sus ojos comenzaron a estar húmedos. Iba a llorar. Se disculpó y se marchó directamente a su habitación. Necesitaba estar sola.

Se recostó en la cama bajo la penumbra de la habitación. Sacó el anillo de Marcos y lo tocó con sus dedos. Marcos se lo había dado la noche anterior, cuando supo que ella le había mentido.

Es cierto que llevaba unos días mal. En pocos días se cumplía un año del fallecimiento de Blas y eso la ponía mal. Nadie había reparado en ello. Ni tan siquiera Marizza. Aunque ella tenía sus propios problemas. Esa era otra de las razones que la tenía mal. Su mejor amiga estaba mal y no sabía cómo ayudarla. Se sentía fatal, pues Marizza siempre había estado con ella en los momentos más complicados como cuando murió Blas y Erreway canceló la gira para que Marizza estuviera junto a ella.

Marcos la encontró anoche en la entrada de aquel restaurante. Estaba asustado y desesperado. Después reparó en su alrededor y una idea fallida se creó en su cabeza. Pensaba que su novia estaba encontrándose con otro tipo y, aunque Lujan intentó negarle esa absurda idea, no fue suficiente. Tuvo que contarle todo lo que llevaba entre manos con Marcos.

Parecía que así todo iba a quedar bien pero tampoco fue suficiente. Después de un largo silencio, que sirvió a Marcos como tiempo de reflexión, le habló.

"- Entiendo que estés preocupada por tu amiga. Pero eso no te exime en mentirme para evitar contarme. ¿Para qué ha servido? Eres lo que más amo en esta vida, pero no alcanza si vos no confías como yo lo hago con vos. Creo que no estabas preparada cuando te pedí la mano en tu fiesta de cumpleaños. – agachó la cabeza. – Sé que no sos de esas cosas y pienso que, desde ese día, algo te has distanciado. – se encogió de hombros y volvió a mirarla. – Yo siempre te voy amar con o sin este anillo – dijo quitándose el anillo. – Este anillo no solo es el símbolo del amor, significa mucho más que eso. Es mucho más complejo. Cuando estés preparada, estaré dispuesto a que me lo devuelvas. Pero ahora no tiene mucho sentido que vos y yo lo llevemos hasta que no estés del todo segura – tomó la mano de Luján y dejó el brillante anillo de oro en la palma de su mano. Después se marchó".

Elite Way School 5º AñoWhere stories live. Discover now